La segunda fase del Palau de Congressos, el Parador Nacional, los nuevos juzgados o la mejora de las infraestructuras hidráulicas de Eivissa podrían ser una realidad si los 178 millones de euros que cada año pierden las Pitiüses se quedaran en las islas.
Las balanzas fiscales publicadas en el mes de julio reflejan el déficit de financiación y, en consecuencia, de servicios, que sufren las Illes Balears, con 1.483 millones de euros escatimados por el Gobierno que deberían quedarse en la Comunitat Autónoma, lo que supone que cada balear tenga que aportar al año 1.359 euros más de lo que recibe. Las Pitiüses representan el 12% del VAB (Valor Añadido Bruto) en relación a Balears, por lo que sería el porcentaje más objetivo a la hora del reparto entre islas. En este caso, corresponderían a Eivissa y Formentera alrededor de 178 millones de euros.
Un dinero que se destina a otras comunidades, perjudicando a las islas, que son, tal como explicó el conseller de Economía, Álex Minchiotti, «las primeras en cuanto a la contribución en el pastel estatal». Es por ello que el conseller exige «renovar el sistema de financiación» porque el actual «ni es transparente ni adecuado a la realidad económica», por lo que las islas «reciben muy por debajo de sus necesidades».