Los trabajos de reparación del primer cable eléctrico submarino que conecta Eivissa con Formentera depende de dos factores: garantizar la seguridad del trabajo de los buzos y que las condiciones climáticas sean las adecuadas.
Así se refleja en el informe remitido ayer por el gabinete de prensa de Red Eléctrica de España, en el que se añade además que, «en principio no tiene que haber más cortes de suministro, dado que la generación de la isla debería ser suficiente para satisfacer la demanda y el segundo cable del enlace está totalmente operativo».
Para el conseller de Presidencia del Consell Insular de Formentera, Bartomeu Escandell «esto vuelve a demostrar la precariedad de Formentera y la falta de inversiones en materia de conexiones de energía como se ha venido comprobando en los últimos veranos con cortes en las líneas de Internet, telefonía o, en este caso, de luz».
El conseller hizo hincapié además en que la rotura del cable submarino, «demuestra que es urgente realizar una regulación de fondeos, porque Formentera no puede pender de un hilo en materia de energía y comunicaciones».
Asimismo recordó que todo lo relativo al control de fondeos será tratado el próximo lunes en la reunión prevista en la isla con el conseller balear de Territori, Energia i Mobilitat, Joan Boned, a quien le trasladarán todas las problemáticas que sufre la isla de Formentera y relacionadas con las carteras a su cargo.
Según informó Red Eléctrica, el pasado 18 de agosto se produjeron dos apagones en la isla de Formentera. El primero (15.29 horas y una duración de seis minutos) suscitó la desconexión de uno de los cables del enlace Eivissa-Formentera y después falló la generación de la isla, lo que produjo una sobrecarga en el segundo cable del enlace, que terminó dejando de funcionar durante los primeros seis minutos. A continuación, se produjo otra incidencia en el sistema de generación que provocó el segundo apagón (15.38 horas y una duración de 20 minutos).
La compañía logró localizar la avería en la zona de es Cavallet (Eivissa), «donde está prohibido el fondeo y donde el ancla de un barco arrastró el cable dañando el mismo y destrozando la pradera de posidonia». Según destacaron, la zona afectada del cable se encuentra a una distancia de la playa de entre 250 y 300 metros, y a una profundidad de entre 10 y 15 metros.