El Govern balear comunicó ayer que Eivissa se encuentra en una situación de sequía hidrológica en grado de alerta desde mayo de 2015, lo que implica «la disminución de la disponibilidad de agua potable». De hecho, según apuntan, desde julio de 2013 la sequía muestra una tendencia a no recuperarse.
Desde la institución autonómica recordaron que la misma situación se dio en los meses de verano de 2014 «sin que actuara ninguna de las administraciones implicadas» y criticaron «la falta de medidas previas que ha agravado la situación actual».
Según los datos publicados por el Govern, los acuíferos de la isla se encuentran al 43%, dato que se considera indicador de sequía según el artículo 112 del Plan Hidrológico de Balears. Además, la calidad del agua de los acuíferos y la situación de éstos demuestran que el 62% de las masas de agua se encuentran sobreexplotadas, «lo que hace necesario que se tomen medidas en toda la isla». Desde el Govern detallaron que se considera sobreexplotación cuando se extrae un volumen superior al 80% del disponible, una situación que hace «necesario que se tomen medidas en toda la isla».
Indicadores
La evolución de la sequía en Eivissa indica que desde 1990, la isla ha estado en situación de alerta en otras cinco ocasiones (2004, 2000, 1999 y dos veces en 1995). También ha estado peor, en grado de emergencia, en los años 1996 y 2001.
Respecto al índice de sequía meteorológica, con datos desde 1944 de la estación del aeropuerto, Eivissa ha estado en situación extrema en 1965 y 1983. En 2014 se alcanzó el nivel de situación severa, que también se dio en 1999, 1994, 1966, 1956 y 1954.
Estos datos de la situación crítica acuífera de la isla coinciden con el anuncio de que el próximo 23 de septiembre el conseller de Medi Ambient, Agricultura y Pesca del Govern, Vicenç Vidal, se reunirá con la ministra de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina. A esta reunión también asistirá el presidente del Consell d'Eivissa, Vicent Torres.
En el encuentro se tratará, no sólo el estado de sequía de Eivissa, sino también de la puesta en marcha de las infraestructuras y las inversiones necesarias en la isla, como del futuro de la desaladora de Santa Eulària y la interonexión de esta red con el resto de la isla.