A gritos de «Si esto no se arregla, vamos a la guerra», «Justicia ausente, corsario presente» o «Taxis sí, piratas no», medio centenar de taxistas de la isla se han manifestado hoy de 11,00 a 12,00 horas en el aeropuerto de Eivissa disfrazados de corsarios y con máscaras de V de Vendetta con el objetivo de luchar contra el intrusismo y la competencia desleal que sufre este sector.
El grupo de taxistas, que quiere que se les reconozca con el nombre ‘Corsaris d'Eivissa' —con el que constituirán una asociación— han decidido plantar cara a los ‘piratas' con esta movilización pacífica en la que han entregado a los turistas y pasajeros que llegaban a la terminal los folletos elaborados por el Consell d'Eivissa, que con el título ‘Stop illegal transport' recomiendan utilizar el transporte legal por «comodidad, seguridad, rapidez y economía».
Con un gran despliegue de pancartas también han lanzado diferentes mensajes como ‘Taxi pirata, ilegalidad consentida', ‘Fuera piratas' o ‘Consell y ayuntamientos leyes eficaces, ¡basta ya!'. «¡Que se vayan a su casa! O lo hace la ley o los corsarios», gritaba uno de los manifestantes, que recordaba que están «hartos» de esta situación.
Los taxistas han reclamado a las autoridades que se encarguen de «erradicar los ‘taxis pirata'» cambiando las leyes y regularizando el sector para luchar contra esta competencia desleal, en la que los ‘piratas' operan sin licencia, sin pagar impuestos y, además aplican «precios abusivos». Según han denunciado, este intrusismo ha provocado que hayan sufrido una «tremenda reducción» de los ingresos de un año para otro por el incremento de taxis ilegales. «Hemos calculado que se han reducido alrededor de un 40% los beneficios particulares de cada taxista», ha apuntado uno de los portavoces, que ha recordado que en la isla ya hay más ‘taxis pirata' que legales. Según ha detallado, «puede haber más de 800 taxis ilegales en Eivissa», cuando la flota legal es de 660.
Los guardias civiles que han controlado la protesta no han tenido ningún incidente, aunque han tenido que alertar a los manifestantes que no podían gritar ni llevar máscaras dentro de la instalación aeroportuaria, a lo que no han tenido problemas en cumplir. No obstante, uno de ellos, ha recordado que muchos de sus compañeros prefieren no mostrar la cara por su seguridad por temor a agresiones o amenazas de los ‘piratas'.