El alquiler de habitaciones y apartamentos en Eivissa se ha convertido en una especie de puja al mejor postor. Con la excusa del libre mercado y las leyes de la oferta y la demanda, propietarios y comisionistas sacan a relucir sus peores artes para ‘hacer el agosto' incluso en la temporada de invierno. Las denuncias de particulares o asociaciones como las de afectados por los alquileres no han impedido que, un invierno más, resulte un auténtico calvario encontrar una vivienda a un precio asequible en Eivissa. Los anuncios, tanto de profesionales como de particulares, inundan los buscadores inmobiliarios de internet y grupos de redes sociales como Facebook. Ya que en las clásicas agencias inmobiliarias es imposible encontrar en septiembre inmuebles para alquilar, estos portales de internet que pueden garantizar el anonimato se han convertido en las principales fuentes donde consultar las ofertas que a día de hoy hay disponibles en la isla.
Y a qué precios. La inmensa mayoría de anuncios se refiere a alquileres de habitaciones o de inmuebles para arrendar de octubre a mayo, coincidiendo con la temporada de invierno y el periodo laboral de multitud de funcionarios procedentes de la Península. Hay numerosos ejemplos de ofertas sujetas a precios abusivos, como los que sirven para ilustrar el artículo. Intermediarios que inflan los precios y que provocan una imparable inflación en el mercado de los alquileres, inasumible para la inmensa mayoría de residentes. Otros particulares buscan simplemente el máximo beneficio económico amparados en la falta de inspecciones por parte de las administraciones competentes.
Existen multitud de ejemplos sobre los excesos que se cometen en Eivissa en este sentido. En una zona residencial de Sant Antoni se oferta un apartamento de dos dormitorios entre septiembre y mayo por 750 euros al mes. Muy cerca, en Cala de Bou, ofrecen un apartamento de una habitación entre septiembre y junio a razón de 700 euros al mes o 1050 para todo el año. En ambos casos se requiere un mes de fianza.
En Figueretes, uno de los barrios más humildes de Eivissa, se alquila «únicamente para invierno» un bajo de una habitación por 550 euros y se exige un mes de fianza más otro en concepto de comisión. En esta misma zona ofrecen un estudio de 46 metros cuadrados por el mismo precio, gastos aparte, y dos meses de «depósito de seguridad». En este caso se alquila desde el 15 de octubre al 31 de mayo de 2016.
En una zona más exclusiva como Marina Botafoch se incrementa el precio. Entre octubre y principios de abril ofertan un piso con dos dormitorios por 900 euros al mes aunque también permiten alquilar una sola habitación, en este caso por 550 euros. En otra urbanización residencial de la zona alquilan un apartamento de dos dormitorios, «sólo a funcionarios o profesionales», por 850 euros.
Para el mes de septiembre también puede encontrarse a través de internet alguna oferta, como la de un particular que alquila su estudio en Santa Eulària por 1.250 euros. O en Sant Antoni, donde ya hay disponible una habitación grande con dos camas por 40 euros al día o 1.200 al mes hasta noviembre.
Son sólo algunos ejemplos de un mercado, el de los alquileres de invierno en Eivissa, que está alcanzando cotas desproporcionadas.