Las aguas cristalinas de Talamanca invitaban ayer al baño. No obstante, la bandera roja que presidía la playa alertaba de su prohibición ante la incredulidad de los turistas y residentes que paseaban sobre la orilla con ganas de zambullirse. Los socorristas se encargaron de dar las explicaciones pertinentes y advertir a aquellos bañistas que no dudaron en meterse al agua de que no podían bañarse.
El motivo es una nueva rotura del emisario de Talamanca, que el pasado martes produjo una pequeña fuga de aguas fecales. Durante la mañana de ayer, técnicos de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Vila recogieron muestras para analizar el agua y no será hasta que se conozcan los resultados que se retire la bandera roja. En un principio, no se sabrá hasta pasadas 48 horas, por lo que la bandera verde no volverá a Talamanca hasta mañana, viernes.
«Estamos cansados de tanta política barata y tantas promesas», aseguró el presidente de la Asociación de Vecinos de Talamanca, José Colomar, que anunció que se les ha acabado la «paciencia» y que se han establecido como plazo el 30 de octubre para presentar una denuncia ante Fiscalía de Medio Ambiente. «Hemos empezado a trabajar en el borrador y la presentaremos por atentado contra el medio ambiente, la salud pública, los intereses de la zona de Talamanca y contra la imagen de Eivissa», explicó Colomar, que recordó que aún están esperando una respuesta a la carta que enviaron a la Conselleria de Medi Ambient hace 15 días. Junto a la denuncia, desde la asociación también prepararán un informe con un resumen de los daños y perjuicios de cada establecimiento de la zona de Talamanca.
Colomar agradeció la «preocupación» que ha mostrado el Ayuntamiento de Vila, que «está haciendo la presión máxima porque, aunque no es su competencia, es su municipio». No obstante, lamentó que desde el Consell no hayan recibido «ninguna llamada». «Deberían estar volcados en este tema, ya que en esta zona hay más de dos mil plazas hoteleras y Talamanca ha sido pionera al ser la primera zona en tener vida durante todo el año», destacó Colomar, que pidió «respeto» hacia estas empresas que han gastado «millonadas» para dar «calidad, servicio y buena imagen a la isla».
El presidente de la asociación recordó que quieren ver el proyecto del nuevo emisario «antes de acabar el año» y apuntó que el cambio de gobierno «no es excusa» y tampoco el presupuesto, ya que «el Ayuntamiento se ha ofrecido a aportar los tres millones de euros». «Y si no son capaces de hacerlo, que dimitan y dejen paso a otros más activos», añadió.
Perjuicios
Los negocios de la zona se ven perjudicados por esta situación y ayer los ánimos eran de impotencia y resignación. «Es la historia de siempre. No le vemos solución, solo nos queda amoldarnos a lo que hay», aseguraba ayer el encargado de un chiringuito de la zona, Rafa Rionda, que lamentó «la mala imagen que se da» y destacó que actualmente «si vienen familiares o amigos a la isla, no les recomiendas ir a Talamanca».
Jaime, del chiringuito Alegría, aseguró que la bandera roja afecta a los negocios, ya que «da mala imagen y viene menos gente», mientras que Federico, del restaurante El Pulpo, destacó que «es una vergüenza que, con el dinero que deja el turismo, no sepan arreglar el emisario como corresponde».
Por su parte, José Colomar recordó que las concesionarias pagan unas cuotas «altísimas» y estos días salen perjudicadas porque no pueden trabajar, mientras que los restaurantes siguen trabajando con el 100% de las plantillas, aunque no haya clientes. «Es una injusticia que nos está haciendo la Conselleria», decía resignado.