Uno de los más grandes dj's que triunfan en las noches de Eivissa en verano es Carl Cox. Este músico inglés lleva muchos años viniendo a Eivissa, tierra que ya considera su segunda casa, y por ello no ha querido cerrar la temporada sin antes hacer algo por la isla. Cox ha apadrinado a la única tortuga boba (caretta-caretta) que se ha encontrado viva este verano, se trata de Coxy. Fue encontrada con una red enganchada que portaba a modo de mochila en las patas. Esto le produjo laceraciones en sus extremidades y durante el tiempo que ha estado en el Aquarium Cap Blanc también ha defecado varios trozos de plástico: «En la red que llevaba enganchada había también tapones de Coca-cola en árabe provenientes de Marruecos, así que imaginaos el daño que puede hacer toda la basura que tiramos al mar», advirtió Verónica Núñez, coordinadora del Centro de Recuperación de Especies Marinas (CREM).
«La gente no es consciente del impacto que tienen sus actos sobre el medio ambiente y lo que supone tirar basura al agua», aseguró Carl Cox, «tenemos que concienciar a los turistas que vienen sobre el peligro que esto supone para las especies marinas», añadió el dj que está muy bien informado sobre el problema que existe. Cox colgará este encuentro con Coxy en las redes sociales y hará difusión entre sus fans, «es una manera de llegar a los turistas que vienen aquí atraídos por la música electrónica y no saben de la existencia de tortugas marinas ni del peligro que conlleva tirar plásticos al agua», explicó Núñez, «así podemos llegar a un público que desde el CREM nos es imposible alcanzar».
Amenazas
El mismo Carl Cox informó de las amenazas que sufren las tortugas bobas en aguas del Mediterráneo pues confunden los plásticos con comida, como medusas, se lo comen y luego acaban muriendo porque no son capaces de digerirlo, les impide comer y acaban muriendo de hambre. Aunque en el caso de Coxy, el mayor peligro fue la red a la cual se encontraba liada, en su estancia en Cap Blanc (llegó el 25 de agosto), ha ido defecando también trozos de plástico, que, por suerte, ha podido llegar a sacar sin más complicación.
De hecho, el plan era liberar ayer a Coxy en un punto situado detrás de sa Conillera, donde pasa una corriente que la ayudaría a emprender su camino por mar abierto, pero debido a la mala mar no pudieron llevarlo a cabo, «el capitán nos ha advertido de que hoy no podemos hacerlo porque en el punto de suelta hay 25 nudos y no es posible dejarla hoy allí», explicó Verónica Núñez. Aún así, Carl Cox quiso acercarse al Aquarium para visitar a la tortuga y poder difundir la problemática que sufre esta especie que se encuentra en «peligro crítico».
Según Núñez, podríamos decir que la esperanza de vida de está especie se ha reducido a la mitad debido a la alta contaminación que sufre el mar Mediterráneo. «Una tortuga boba puede vivir hasta los 80 años y ahora su esperanza de vida se ha reducido a los 30 o 40 años debido a la alta mortalidad que hay, provocada por los plásticos tirados al mar», manifestó Núñez.
Cuatro tortugas muertas
De hecho, este año Coxy es la única tortuga que han encontrado viva, también se han encontrado cuatro más, pero muertas. Además, debido al cambio de temperatura del agua, parece ser que esta especie podría estar anidando en playas de Eivissa, ya lo han hecho en la playa de San Juan, en Valencia y podría haber habido un intento en la playa de Santa Eulària. De hecho, «dos tortugas pequeñitas nacidas en Valencia están por la costa de Eivissa, tendrán un añito más o menos y están monitorizadas», indicó la coordinadora del CREM.