La pintora ibicenca Cristina Ferrer vive desde hace apenas un mes «con el chip cambiado». Y todo gracias a que a principios del mes de diciembre pudo disfrutar en Sevilla de una master class impartida por el artista ruso Vladimir Volegov, considerado como uno de los mejores pintores impresionistas a nivel mundial.
Según explicó ayer a este periódico la propia Cristina Ferrer, «la experiencia ha sido tan increíble» que ha decidido que su nueva colección de pinturas estará dedicada a la mujer y en ella se podrán ver retratos impresionistas de damas ibicencas.
Así podrá aplicar en estos nuevos cuadros todo lo que aprendido con Volegov, un artista que nació en Khabarovsk y que tras comenzar a pintar con tres años, asistir a la escuela de arte de Krivoj Rog, al Instituto Poligráfico de Ivov en la antigua URSS, ganar varios concursos internacionales de carteles, trabajar para las mejores empresas editoriales rusas haciendo diseños de cartelería, cubiertas de CD y cassettes, y pintar retratos en las calles de Barcelona, Berlín o Viena, se ha convertido durante los últimos veinte años en uno de los pintores de mujeres más respetados de todo el mundo.
La única española
Cristina Ferrer fue la única española que ha participado en esta master class que impartió este pintor, escultor y músico ruso, y a la que acudieron otros once artistas de países como Rusia, Turquía, China, Inglaterra, Portugal, República Checa o Estados Unidos. Por ello, la ibicenca aseguró haberse sentido «una privilegiada» por haber vivido «una experiencia que nunca olvidaré». Y es que, entre otras cosas, Ferrer explicó que se ha encontrado «con una persona encantadora, sencilla, educada y que te hace perder el miedo a pintar a través de su sabiduría y sus consejos personalizados».
Fruto de esta master class que consistió, entre otras cosas, en clases específicas y en una demostración de pintura con modelo vivo, Cristina Ferrer se lleva para Eivissa dos cuadros pintados bajo la dirección y el estilo tan personal del maestro ruso. Unas obras que, como no podía ser de otra manera, están dedicados a las mujeres, a las que Volegov califica de «diosas». «Me faltan las palabras para definir lo que he vivido, porque además de aprender muchísimo, también he conocido a una magnífica traductora y a la esposa del pintor, que hace las funciones de su manager», confirmó la artista ibicenca a este periódico.
De hecho, Cristina Ferrer asegura haber quedado «tan maravillada» que ya cuenta las horas para poder repetir la experiencia si el año que viene Vladimir Volegov regresa a España con sus célebres giras para impartir sus enseñanzas.