Los acuíferos de la isla han sufrido un desplome del 20 por ciento en los últimos 10 años, pasando de un 73 por ciento a un 53 por ciento de su capacidad total. El elevado consumo, las pérdidas en las redes municipales de agua y el abuso de las perforaciones explican una situación que ha obligado al Govern balear a impulsar un decreto de sequía para la isla.
Aunque Eivissa acumula ya más de dos meses sin lluvias y con temperaturas más altas de lo normal, las abundantes precipitaciones caídas en octubre (114 litros por metro cuadrado) mantienen en niveles aceptables las masas de agua de la isla, tal y como se desprende de los porcentajes correspondientes al mes enero publicados por la dirección general de Recursos Hídricos dependiente de la conselleria de Medi Ambient del Govern balear.
Estado actual
Las reservas hídricas de la isla se encuentran al 53 por ciento de su capacidad, cuatro puntos por debajo del porcentaje acumulado en diciembre, cuando alcanzaron el 57%, y tres dígitos por encima del nivel al que estaban hace un año. Pese a esta ligera mejoría, cabe recordar que desde el pasado mes de noviembre se ha añadido un nuevo pozo de referencia para el cálculo del porcentaje de la masa de Sant Agustí, lo que conlleva que los porcentajes estimados de reservas disponibles de esta masa aumenten, pasando de valores de entre el 5 y el 10% a valores de entre el 20% y el 35%. El cambio se realizó debido a que el pozo que se utilizaba no era suficientemente representativo de toda la masa y la nueva medición supone, según informó el propio Govern, un pequeño incremento –del orden del 3%– en el porcentaje de reservas del conjunto de Eivissa.
Por municipios, la masa de agua de Sant Antoni se encuentra a un 75% de su capacidad, una cifra un tanto engañosa ya que su nivel siempre se equilibra con agua salada al estar próxima al mar. El nuevo pozo de Sant Agustí estaba en enero al 36 por ciento de su capacidad, cifra que contrasta con la anterior masa de agua del municipio, que hace un año se encontraba al 23%.
El acuífero de Cala Llonga, que hace 12 meses se encontraba al 63% de su capacidad, está ahora al 44%, lo que representa una caída de casi 20 puntos en solo un año. El de Roca Llisa, sin embargo, ha experimentado un incremento del 8% hasta situarse actualmente al 37% de su tope.
La masa de agua de Es Canar se mantiene en niveles óptimos (62%) y la de Jesús, por su parte, ha caído siete puntos en un mes y ha cerrado enero al 59% de su capacidad máxima.
Los acuíferos de Formentera, por su parte, han perdido 22 puntos en un año pasando de estar al 65% de su capacidad en enero de 2015 a encontrarse hoy al 43%. Respecto al mes de diciembre ha caído siete puntos, pero se ha desplomado de manera alarmante respecto al mes de octubre, cuando las reservas hídricas de la pitiusa menor estaban al 77% de su capacidad.
Por otra parte, la conselleria balear de Medi Ambient publicó ayer el desglose de las partidas económicas que destinará en infraestructuras hidráulicas y para paliar los efectos de la sequía, con un total de 12,7 millones de euros. De ellos, se destinarán específicamente a Eivissa 2,2 millones para la conexión de la desaladora de Santa Eulària y 440.000 euros para los dispensadores de camiones incluidos en el decreto de sequía.