La celebración de una boda o cualquier tipo de evento en los baluartes o en el claustro del convento de los Dominicos tiene un coste de hasta 2.000 euros únicamente en concepto de tasas al Ayuntamiento de Vila.
La ordenanza que regula el servicio de celebración de matrimonios civiles y eventos establece que las personas que quieran casarse o celebrar un evento en el baluarte de Santa Llúcia deberán pagar 1.000 euros en tasas por ocupar este espacio durante dos horas y 2.000 si la fiesta se alarga seis horas. Este baluarte, al ser el más amplio, también es el más caro de los tres en los que está permitido celebrar un matrimonio.
Casarse en el baluarte de Sant Pere y Santa Tecla cuesta 600 euros por dos horas y 1.200 por seis, lo mismo que celebrarla en el claustro del convento.
Según esta ordenanza, la única excepción se aplica a las personas que lleven empadronadas en el municipio de Eivissa desde hace tres años que tendrán una reducción en la tasa del 50 por ciento.
Asimismo, el ayuntamiento establece que el uso del baluarte de Santa Llúcia estará restringido a una de las dos zonas delimitadas para tal fin para que el resto del baluarte pueda seguir siendo visitado por la ciudadanía mientras se celebra el evento.
Los contrayentes u organizadores del evento también deberán hacerse cargo de la adecuación de los espacios donde se realice la celebración y tendrán que asumir sus gastos.
El horario para realizar este tipo de celebraciones es de lunes a domingo, en el horario comprendido entre las 10 de la mañana y las 12 de la noche aunque con una duración máxima de 2 horas para los actos que no tengan catering y de 6 para los que sí lo realicen. Este ágape deberá hacerse de pie y con música que no exceda de los 50 decibelios por el día ni de los 40 en horario nocturno.
Por otra parte, el consistorio solo autoriza dos vehículos de la comitiva a acceder al recinto amurallado de Dalt Vila, así como a los servicios de catering, limpieza y floristería.
Una de las curiosidades que introduce la ordenanza municipal es que no se podrá lanzar arroz a los novios al terminar la ceremonia ni lanzar cualquier tipo de artificio pirotécnico que pueda poner en peligro los edificios, las dependencias o los jardines municipales.