El alcalde de Vila llega al ayuntamiento con las llaves de la ciudad literalmente en su bolsillo. Abre él mismo las puertas de Can Botino como un trabajador más y saluda amigablemente a las empleadas de la limpieza, las únicas que a esas horas de la tarde trabajan en el Ayuntamiento. Rafa Ruiz (Eivissa, 1978) nos recibe en su enorme despacho donde ya no está expuesta la vara de mando. Está empeñado en ser un político cercano a sus vecinos y en ser valorado dentro de cuatro años por su hoja de servicios. Confiesa que ponerse en la piel de alcalde no es fácil, pero está decidido a deshacer la madeja en la que, durante años, se han enredado proyectos como la reforma del puerto o la revitalización de sa Penya.
—Han pasado 8 meses desde que fue nombrado alcalde. ¿Es ahora más comprensivo con las anteriores alcaldesas del municipio que cuando estaba en la oposición?
—Cuando uno está dentro ve las cosas más complicadas, aunque yo siempre he valorado el trabajo de los alcaldes y ahora más todavía. Personalmente, estoy muy orgulloso de ir por la calle y que la gente me pregunte. En otros tiempos había mucha distancia y nosotros intentamos seguir siendo los que éramos. Además, creo que hemos puesto la ciudad en marcha.
—¿Cómo explica su cambio de postura sobre la reforma del puerto tras acceder a la alcaldía?
—Entiendo la crítica, la acepto pero no estoy aquí para que me den palmaditas en la espalda sino para resolver problemas. Lo que hemos hecho es flexibilizar posturas para tratar de llegar a un acuerdo con Autoritat Portuària de Balears (APB). Cuando acabe la reforma del puerto veremos si hemos avanzado en el buen camino o no. Yo estoy convencido de que sí.
—¿Se han cerrado ya definitivamente con APB aspectos de la obra como la superficie del edificio de es Martell o el aparcamiento de la avenida Santa Eulària?
—La superficie del edificio será de 600 metros cuadrados y la altura se ha bajado bastante, de más de 4 metros a 3. Sobre el aparcamiento, se está haciendo el anteproyecto y esperamos que tenga las máximas plazas posibles y esté cerca de la ciudad.
—¿Qué pasará con los ibicencos que tienen su barco amarrado en el muelle de Poniente?
—Creo que he hecho todo lo posible por los amarristas, pero recordemos que no se puede modificar un pliego de condiciones de una licitación anterior que se redactó con un alcalde y un presidente del Consell del PP. Pero si nos pusiéramos en el peor de los casos y entrara un ‘depredador' de amarres que sube los precios un 200% para que solo venga gente de fuera con barcos de lujo, en dos años cuando acabe la concesión diremos que no los queremos. En cualquier caso, el Ayuntamiento hará todo lo posible para compensar a la gente de Eivissa que tenga barco en la zona donde están ahora las barcas de Formentera.
—La reforma del puerto amenazó con romper la sintonía con sus socios de gobierno. ¿Temió que el pacto con Guanyem se resintiera por esta cuestión?
—Veo el equipo de gobierno cohesionado y nunca ha habido diferencias entre los concejales del PSOE y los de Guanyem. Creo que estamos haciendo una buena gestión con políticas progresistas y las concejalías de Guanyem son las que más aportación económica han tenido. No pueden decir que el PSOE está actuando con prepotencia. Aún así, son comprensibles los temores sobre este tema teniendo en cuenta los anteriores presidentes de APB .
—El juez dio al Ayuntamiento 4 meses para ejecutar los desalojos de las viviendas ocupadas de sa Penya. ¿Cuándo se llevarán a cabo?
—Sa Penya es otro de los temas que no tiene colores políticos y lo que queremos es avanzar porque es un barrio histórico con un alto valor patrimonial. Los tribunales nos han dicho que podemos entrar a esas viviendas y lo haremos con la máxima delicadeza teniendo en cuenta que hay niños. Pero estamos decididos y no nos temblará la mano para entrar y recuperar el barrio para toda la ciudadanía. Se está trabajando desde hace meses en un plan entre Benestar Social, Patrimoni y la Policía. Pronto tendremos una reunión con el Comisario de la Policía Nacional para coordinar los desalojos.
—¿Cómo piensan integrar después al colectivo gitano que vive en el barrio?
—Nuestros servicios sociales harán todo lo posible para que esas personas no padezcan o lo hagan lo mínimo posible. Pero una gran de personas cree que sa Penya se tiene que recuperar y no puede ser un lugar donde solo puedan entrar unos pocos. La gente de mi generación no hemos subido prácticamente a sa Penya.
—¿Qué proyectos tienen para revitalizar sa Penya?
—En el consorcio Patrimoni de la Humanitat hay dinero y proyectos para construir edificios de la manera más respetuosa patrimonialmente hablando para que sea un lugar con encanto y haya vecinos que quieran ir a vivir allí. Sería vivienda pública en régimen de alquiler. Ojalá acabáramos la legislatura con todo el barrio recuperado pero es un tema muy complejo que han intentado todos los alcaldes que han pasado por aquí. Necesitamos la ayuda de todo el mundo para recuperar una joya que tenemos desatendida.
—El Ayuntamiento acaba de hacer un censo sobre las personas que no tienen hogar en el municipio. ¿Qué medidas se van a tomar para ayudar a estas personas a salir de la calle?
—Es un tema que me ocupa y me preocupa desde el primer día que entré en el Ayuntamiento como alcalde. Hacemos todo lo posible para que la gente tenga un sitio donde dormir, pero tenemos el único centro de acogida de toda la isla. En el pasado otros gobernantes se tapaban los ojos y nosotros en cambio hemos ido varias veces. A nivel insular, el Consistorio cederá los terrenos para hacer el Centro de Baja Exigencia de es Gorg.
—Esta semana se ha presentado el proyecto ganador del futuro Parador. ¿Teme que la falta de gobierno en Madrid retrase este proyecto que lleva ya cuatro años paralizado?
—La secretaria de Estado me dejó muy tranquilo. No tiene por qué afectar, lo han dejado muy encarrilado. Aunque de cara a 2017 este ayuntamiento tendrá que luchar para que quien esté ponga el dinero para hacer la obra.
—Los comerciantes del centro tienen algunas dudas sobre la peatonalización de Vara de Rey, sobre todo acerca de las plazas de aparcamiento que se eliminarán. ¿Cómo se pretende paliar este problema?
—Lucharemos para que la salida del futuro aparcamiento de la avenida Santa Eulària esté en la zona del Club Náutico o, mejor aún, en la rotonda de la actual estación de Formentera, a unos 500 metros de Vara de Rey. Además, consideramos necesario el aparcamiento del parque Reina Sofía. También me gustaría que los actuales aparcamientos disuasorios estén bien conectados con el centro de la ciudad a través de autobuses que sean baratos y cuenten con muchas frecuencias.
—El cambio de sentido de las principales avenidas se aplaza hasta después de verano. ¿Cree que los ibicencos están preparados para este importante cambio?
— Vila es una ciudad conservadora y los cambios a veces dan miedo. El anterior Plan de Movilidad se hizo en 2008 y ahora lo estamos actualizando para argumentar los cambios con más datos. No sé si se hará como estaba previsto pero estamos decididos a que se haga porque queremos una ciudad más amable.
—Cuando estaba en la oposición dijo que para abrir el Cetis solo le harían falta unos días. ¿Se abrirá la estación de autobuses en verano como se ha anunciado?
—Estamos trabajando a un ritmo mucho más alto y en breve podremos anunciar cosas interesantes. Algunos actuaron con mucha irresponsabilidad y cerraron una estación construida con el dinero de todos. Todo eso está costando mucho de solucionar. Pensaba que no sería tan complicado, pero el presidente del Consell d'Eivissa ya ha dicho que en verano estará abierta y confío plenamente en su palabra.
—La playa de Talamanca y las constantes roturas del emisario es otro de los problemas que siguen sin resolverse. ¿Cómo van los trámites para la construcción del nuevo emisario?
—Hasta que no tengamos el proyecto no sabremos cuándo se construirá, pero espero que pronto tengamos noticias en positivo. El conseller de Medi Ambient del Govern nos dijo que en mayo sabríamos algo. Cuando voy a Palma siempre pregunto cómo van los trámites para conseguir la declaración de emergencia y para que el futuro emisario se saque por Botafoc. Será una obra compleja. Mientras tanto, nosotros seguimos trabajando por la playa de Talamanca. Hemos trabajado estrechamente con la Demarcación de Costas para la renovación de la pasarela, organizamos actividades y trataremos de mejorar la Escuela Municipal de Vela.
—Hace unos meses se planteó la posibilidad de regular el fondeo de embarcaciones en Talamanca. ¿Se podría poner en marcha alguna medida este verano?
—Estamos avanzando para conseguir una cierta regulación en la bahía de Talamanca porque, si no hay tanta afluencia como en la playa de ses Illetes, se acerca mucho. Este verano llegamos a contar más de 200 barcos anclados con lo que esto supone para la posidonia. El municipio de Eivissa tiene 9 kilómetros de costa y no podemos tener tanta presión de barcos como hasta ahora. Estamos decididos en avanzar en este tema pero tenemos que hablar con Costas y la conselleria de Medi Ambient. En el Consell de Alcaldes también dijimos que trabajaríamos en esto todos los municipios. La posidonia de Talamanca es una joya medioambiental y queremos ponerla en valor, al igual que ses Feixes. Aunque para ello necesitamos la colaboración del resto de administraciones.
—¿Se podrá aprobar el Plan general de Ordenación Urbana (PGOU) en abril? ¿Cuáles son los principales cambios que introduce?
—No nos queda otra. La teniente de alcalde (Elena López) está haciendo un trabajo muy bueno y estoy convencido de que lo tendremos en abril. Se están haciendo todos los estudios económicos, ambientales y arqueológicos. Este PGOU va en la línea del de 2009, por lo que novedades no habrá demasiadas. Solo algunas modificaciones de calles y las protecciones que corresponden. Tampoco habrá sorpresas en ses Feixes. Aunque te puedes imaginar que hemos tenido presiones, tenemos clarísimo que seguiremos protegiéndolas.