Óscar García (1968, Valladolid) es uno de los cuatro miembros fundadores de la conocida banda Celtas Cortos. Los inicios del grupo se remontan a octubre de 1984 en el Instituto Delicias de Valladolid. En el colectivo del instituto se conocieron por primera vez Goyo, César y Carlos. Casualmente, en la misma clase que César y Goyo había también un alumno nuevo de Palencia que siempre se sentaba atrás: Oscar García. Ahora hace ya dos años que dejó la banda tras más de 30 años con ella, ejerciendo de bajista. Este viernes, García participa por segunda vez en la gala benéfica que se celebra a favor del Síndrome de Hunter, esta vez en el Hard Rock Hotel.
—¿Le gustó tanto que este año repite?
—¡Sí claro! Estuve el año pasado y tanto en esta gala como en la del año pasado se ha hecho un esfuerzo bestial para reunir a tantos artistas juntos y para mi es todo un placer volver a participar.
—¿Qué tiene preparado para esta vez?
—Bueno, en realidad es una sorpresa y no debería decir nada pero... Voy a tocar una canción con Los Canallas del Guateke, que es un grupo nuevo de versiones de guateque, antiguos tributos del pop.
—¿Conocía el Síndrome de Hunter antes de participar en estos conciertos?
—La verdad es que no, no lo conocía y tuve un primer contacto a través de Ángel, que padece Síndrome de Hunter. Estuvo en la gala el año pasado y hoy sigue luchando, él y su familia están al pie del cañón de una manera admirable. Es increíble lo que hacen.
—Supongo que ha participado en muchos conciertos benéficos, ¿De cual tiene un recuerdo especial?
—Con Celtas Cortos hemos hecho muchos. Pero recuerdo una vez en Eivissa, en Sant Josep, hicimos un concierto benéfico hace un montón de años para una ONG que recaudaba dinero para conseguir agua para un poblado africano. Tengo muy buen recuerdo de aquel concierto.
—¿Y su primera actuación en Eivissa?
—Uff... La primera vez que vine a Eivissa fue hace 20 o 30 años. Fue en un concierto muy famoso para nosotros, que se hizo en Sant Agustí y cayó una tromba de agua impresionante pero al año siguiente volvimos otra vez. Fue en el 89 o 90.
—¿Ha cambiado mucho la isla?
—Bueno, supongo, pero la gente sigue siendo la misma y como yo huyo de las masas... En la isla hay calas desiertas a primera hora de la mañana que son una maravilla.
—¿Sabe como va la venta de entradas?
—Pues creo que apenas quedan entradas a la venta. Vendrá mucha gente, además este año el aforo es mucho mayor. El año pasado lo hicimos en Can Ventosa pero este año al ser en el Hard Rock caben 700 personas.
—El viernes hay un concierto de Celtas Cortos en Getafe...
—Sí, lo se, pero yo ya hace dos años que me jubilé de Celtas Cortos.