José Ramón Noguera (Jaén, 1965) es empresario del sector turístico de Platja d'en Bossa desde hace 25 años. Después de varios años trabajando en la sombra, ha logrado unir a cerca de 60 hoteleros y comerciantes de las zonas de Vila y Sant Josep para luchar juntos por el embellecimiento de un litoral muy perjudicado por la falta de inversiones públicas.
—¿Por qué surge esta asociación?
—La asociación surgió hacia 2010. Inicialmente éramos 13 socios fundadores y a partir de ahí se ha ido desarrollando. Nació siendo una asociación de empresarios únicamente del municipio de Sant Josep, pero ha llegado un momento que hemos creído conveniente incluir la zona de Eivissa, hasta el hotel Torre del Mar. Nos hemos unido grupos hoteleros, medianos y pequeños comerciantes. Aquí están representados grandes y pequeños empresarios.
—¿Por qué ahora se ha dado ese impulso a la asociación?
—Lo dejan muy claro los estatutos. Uno de los primeros artículos es mirar única y exclusivamente por el bien común de la zona. Buscar los puntos que están fallando a nivel de infraestructuras y embellecimiento básico. Este es el objetivo de la asociación.
—¿Cuál es la estructura de la asociación y su ámbito de trabajo?
—Se han nombrado cuatro grupos de trabajo. Unos se encargarán de urbanismo, otros del tema de fiestas, otro de seguridad y otro de prensa y captación de nuevos socios.
—¿Cuáles son sus principales reivindicaciones?
—Intentar por todos los medios que el esfuerzo que se ha hecho a nivel empresarial de inversiones y de implicación en la zona tenga una respuesta proporcional por parte de los distintos ayuntamientos. La parte empresarial ha hecho una aportación muy importante en inversiones. Muchas de las empresas están dirigidas por segundas generaciones y eso ha cambiado el enfoque de negocio. Estamos intentando que la estructura a nivel municipal, sobre todo en servicios y embellecimiento, sea proporcional a la inversión privada. Creemos que es la única forma de que Platja d'en Bossa sea reconocida en un futuro a nivel internacional como un destino con nombre propio y de prestigio dentro de la isla de Eivissa.
—¿Considera que las administraciones no han estado a la altura del aumento de calidad que ha experimentado la zona?
—Ocurren varias cosas. Indudablemente hay una serie de infraestructuras que se han quedado obsoletas, no sé si es porque hemos crecido demasiado deprisa, pero entendemos que la dinamización no ha ido paralelamente a lo que nosotros hemos avanzado en los últimos años. Todas esas infraestructuras a nivel de limpieza, agua, alcantarillado y embellecimiento tiene que ir en paralelo al esfuerzo de los empresarios.
—¿Qué inversión han realizado este año los empresarios y hoteleros de Platja d'en Bossa?
—No manejo datos exactos, pero creo que simplemente a nivel de imagen si das una vuelta por Platja d'en Bossa ves las características de los hoteles; las nuevas decoraciones, nuevos diseños, es algo que se ve en el día a día. Creo que el esfuerzo ha sido inmenso.
—¿La asociación ve con preocupación el modelo urbanístico de crecimiento sostenible o crecimiento cero que pretenden aplicar los nuevos legisladores?
—A mí no me gusta hablar de poner limitaciones, lo que me gusta hablar es de regular. Hay ejemplos que se ven en el día a día, nuestro motor en Platja d'en Bossa es el servicio que damos, la imagen que damos y lo que vendemos, y creo que hay que hacer un esfuerzo proporcional a esos servicios. No creo que haya que prohibir, sino regular y prever lo que va a pasar para poner los medios necesarios para que las molestias y el impacto sea el mínimo posible.
—¿Qué opinión tiene sobre la ecotasa y qué repercusión puede tener en Platja d'en Bossa?
—No me suelo pronunciar sobre la ecotasa porque dentro de la asociación hay gente que está a favor y otros en contra. Por eso no me gusta pronunciarme como presidente de la asociación. Pero cuando oigo hablar mal del turismo o llamarlos guiris o hooligans pienso que es una falta de respeto. Nuestro lema es un turista, un amigo.
—¿Cómo ha arrancado la temporada, dado el importante incremento en el número de operaciones en el aeropuerto en abril y mayo?
—La información que yo tengo respecto a los hoteleros tiene dos puntos de vista: por un lado, durante los fines de semana la ocupación es realmente buena, pero baja considerablemente durante la semana. Hay una demanda muy fuerte para dos o tres días y luego entre semana vuelve a caer.
—¿La temporada alta será tan buena como apuntan todos los indicadores?
—Las expectativas para la temporada alta van en esa línea. Pero en este tema la opinión de los empresarios y hoteleros es que vivimos de un turismo prestado. Los destinos que son competencia nuestra tienen una situación política bastante inestable y se están desviando a Eivissa. Creemos que es el momento de cuidar a la gente muy bien para que cuando esos destinos vuelvan a abrirse, los clientes que hayan estado aquí se hayan llevado una buena impresión y quieran volver.
—¿Pero creen que las administraciones han llegado tarde a ese ‘boom' turístico en cuanto a falta de infraestructuras fundamentales como las hidráulicas?
—Que no se haya avanzado en infraestructuras importantes [carreteras, desaladoras, etc.] resta, no suma. No sé el motivo de los retrasos, nosotros nos centramos en lo que ocurre en Platja d'en Bossa.
—¿Qué le parece que el Consell se plantee introducir una tasa a la entrada de vehículos en verano?
—Nuestra postura es analizarlo más en profundidad para tener una opinión firme y consensuada.
—Uno de los aspectos que más les preocupa es la diferencia respecto de la gestión en Platja d'en Bossa de Sant Josep y Vila.
—Este ha sido precisamente el punto principal por el que la asociación ha pasado a denominarse Asociación de Empresarios de Platja d'en Bossa, y no solo del municipio de Sant Josep. Platja d'en Bossa está entre dos municipios, queremos entender que siempre hay diferencias por falta de coordinación y por no estar al día de cuándo abren los hoteles. Nuestro objetivo es coordinar a los dos ayuntamientos para que la limpieza se haga los mismos días, temas de seguridad, etc. La coordinación es uno de los objetivos principales.
—¿La naturaleza de esta asociación es ejercer como grupo de presión frente a los políticos, como una especie de ‘lobby'? .
—Para nada, todo lo contrario. Es una asociación que su único objetivo es potenciar la zona, mirar por la zona, coordinarse con las administraciones para que entre todos seamos capaces de conseguir una zona verdaderamente significativa. Los problemas que estamos exponiendo son beneficios para todos. Una mayor limpieza, seguridad o embellecimiento va en beneficio de todos. Para nada es una asociación para presionar en línea de unos determinados intereses. De hecho está compuesta por grandes y pequeños empresarios, eso lo dice todo.
—¿Se han reunido ya con los alcaldes de Vila y Sant Josep?
—Es uno de nuestros objetivos a corto plazo reunirnos con ambos ayuntamientos y exponerles nuestro punto de vista y nuestra disposición y colaboración total para conseguir lo que hemos imaginado: una Platja d'en Bossa que de aquí a 2025 sea totalmente diferente a lo que es hoy en día, por lo menos en lo que respecta a las infraestructuras y servicios básicos. Nuestros objetivos implican todo: de aquí a unos años intentar por todos los medios que la gente cuando pase por Platja d'en Bossa note un cambio radical y que cuando se vayan digan que es una de las mejores zonas de la isla.
—¿Temen que se pueda convertir en una especie de Magaluf?
—A mí no me gusta dar nombres. Sabemos lo que queremos, que no haya cables por las calles, que estén todos soterrados, que la gente que pasee no encuentre contenedores llenos y que huelan mal, que el agua sea de buena calidad y que cuando llueva no nos desborden las aguas fecales. No tenemos referencias de ningún sitio determinado y vamos a evitar que esos ejemplos que pueden ser negativos jamás se instalen en Platja d'en Bossa
—¿Descartan grandes desarrollos urbanísticos de futuro como el Plan de Excelencia de Matutes?
— En principio no estamos en esa línea. No es el objetivo inicial de la asociación, que es luchar porque las infraestructuras sean proporcionales a las inversiones privadas que se realizan. No sé si habrá centros comerciales, eso lo marcará el tiempo y la evolución de las cosas, pero nuestra base y nuestra lucha es intentar que la imagen de Platja d'en Bossa sea excelente.
—El tema de los alquileres abusivos y la falta de vivienda para trabajadores, ¿en qué medida les afecta?
—No tengo datos de la oferta desleal, lo que sí medimos son sus consecuencias, y las sufrimos todos. Si la mayoría de los pisos se destina al tema vacacional, los trabajadores que viene a la isla se encuentran sin alojamientos dignos donde quedarse, y los buenos trabajadores optan por no venir y, el que se queda, viene a financiarse las vacaciones y poco más. Las casas ilegales se convierten en fiestas particulares y lo que ocurre es el perjuicio de una gente que va a una fiesta que no está regulada y donde puede pasar cualquier cosa. La gente que viene a trabajar y vive en estas condiciones se lleva una imagen de la isla de que no se reúnen las condiciones en cuanto a calidad-precio. Las administraciones tienen que juntarse y poner los problemas sobre la mesa, no se trata de prohibir, pero sí de regularlo y enfrentarse al problema.