Los partidos políticos pusieron ayer el punto y final a la campaña electoral más aburrida de los últimos tiempos. La celebración seis meses atrás de la ‘primera vuelta' de estos comicios ha provocado que en esta ocasión las formaciones no se hayan preocupado de pegar carteles ni de colgar banderolas de las farolas. Eso sí, todo en nombre del ahorro y de la contención presupuestaria.
Lo más destacado de estos últimos quince días ha sido ver cómo los socialistas quemaban todas las naves para darle la vuelta a las encuestas, que sitúan a su número dos al Congreso, Sofía Hernanz, fuera del hemiciclo de la Cámara Baja. Mientras aquí desembarcaban la presidenta Francina Armengol y los consellers Martí March y Vicenç Vidal para ‘inaugurar' las obras de remodelación de las Escoles Velles de Sant Agustí y la inminente construcción del nuevo emisario de la depuradora de Vila, Hernanz se ha dejado la voz en echarle en cara a Units Podem que el primer pitiuso que figura en su lista electoral lo hace en puestos de no salida, concretamente Artur Parrón como número cinco.
La sorpresa
Otra de las sorpresas de esta campaña ha sido la vuelta a la primera línea política del socialista Toni Costa. Pese a su veteranía, el retorno del candidato socialista al Senado ha supuesto una bocanada de aire fresco a la política insular, demasiado enfocada en los últimos tiempos en tirarse los trastos a la cabeza en vez de proponer medidas para el bienestar de los ciudadanos.
El Partido Popular, por su parte, ha apostado por presentar su gestión económica y la creación de puestos de trabajo como gran baza electoral. José Vicente Marí Bosó y Santi Marí han optado esta vez por callejear más y conocer de primera mano las demandas de los ciudadanos para repetir como fuerza más votada de Balears el próximo domingo.
La vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría acompañó esta semana al PP ibicenco en su campaña electoral, mientras que el candidato del PSOE, Pedro Sánchez, hizo lo propio a finales de mayo.