La zanja que invade al bar Torres, situado en la carretera de Sant Joan, quita el sueño a los dueños del propio local, que no dudan en mostrar su indignación ante las actuaciones de la empresa de la obra y la pasividad del Consell d'Eivissa.
Desde hace un par de días, los operarios de las obras de la carretera de Sant Joan llevaron a cabo la excavación de la zanja frente a este bar de carretera. El propósito inicial, cuenta María José Saura, propietaria del bar Torres, era hacer un desagüe con la instalación de un tubo. Aunque a lo largo del día, añade Saura, «los operarios de las obras anunciaron que el desagüe ya no se haría y la zanja se quedaría tal cual la dejaron en la excavación».
Esta situación de malestar por parte de los propietarios del bar de carretera también tiene consecuencias negativas para la clientela. Así lo comenta Saura, quien asegura que «es probable que tras la peligrosidad de la zanja, muchas personas decidan no frecuentar el local». «Esto es un peligro muy grande para las personas que estén por la zona», aclaró la dueña del local.
En esta misma línea, la propietaria del bar comenta que hace aproximadamente veinte días, una furgoneta introdujo una de sus ruedas en una pequeña zanja abierta a la salida del bar. Ante este peligro para las personas y los vehículos, Saura asegura que también «puede provocar inundaciones en el propio bar».
Soluciones
Ante esta situación, la propietaria del bar no duda en recurrir esta «ilegalidad» ante los juzgados. Además, la propia Saura reclamó que ni la consellera de Territori i Mobilitat, Pepa Marí, los ingenieros del Consell de Eivissa y los jefes de las obras han tomado soluciones ante esta situación. Aun así espera que esta situación de malestar no se agrave mucho tiempo. «Si durante esta semana no recibo una respuesta de los responsables de la excavación de esta zanja tomaré medidas judiciales para taparlo de una vez», anunció la propietaria del bar.
A pesar de ello, Saura ya intentó poner una denuncia hace un par de días. Llamó a la Policía de Santa Eulària para reclamar el mal estado de la zona, pero desde la comisaría de policía del municipio le dijeron que no podía, ya que no se trataba de un tema penal.
Con todo ello, la dueña del local espera que la excavación de la zanja no repercuta en la asistencia de clientes al bar y en sus ingresos y que se tomen medidas urgentes para solucionar el problema que tanto malestar le provoca.