El principal inconveniente de la reordenación del tráfico prevista en Vila a partir del próximo mes de octubre es, para comerciantes y oposición, el cambio de sentido en la avenida de Santa Eulària, que dejará de tener doble sentido para ser únicamente de salida. Desde la Federación de Comerciantes la Marina-Puerto de Ibiza consideran que este cambio «arrinconará todavía más» la zona antigua de la ciudad. «Han empezado la casa por el tejado», señalan los comerciantes en relación a la falta de aparcamientos que se agravará todavía más cuando eliminen las plazas de Vara de Rey.
Una de las dudas que tienen es que si el punto de control de acceso al tráfico rodado será el mismo para todos los vecinos de la parte antigua «un vecino de la Marina podrá aparcar también en Dalt Vila y será un caos».
Los propietarios de los comercios ya se opusieron al cambio de direcciones el pasado mes de octubre antes de que el equipo de gobierno encargara un estudio acerca de la movilidad en la ciudad en el que, según dicen, «no ha contado con la opinión de ningún colectivo vecinal».
Virginia Marí, portavoz del PP de Vila, coincide en este punto con los comerciantes y propone que el Ayuntamiento haga una consulta para que los ciudadanos opinen a tenor de la «gran cantidad de gente que está en contra».
Marí recalcó que, con el cambio de sentido de la avenida de Santa Eulària, «veremos Dalt Vila por el retrovisor» y que, en conjunto, se producirá un «caos» circulatorio porque «la gente va a tener que dar mucha vuelta para entrar y salir de la ciudad».
En este mismo sentido, el concejal del Movimiento EPIC, Antonio Villalonga, apuntó que la avenida Ignacio Wallis y la rotonda de la carretera de Sant Antonio «se colapsarán». Además, añadió que «será más complicado acceder a la Marina y Dalt Vila», lo que dificultará su habitabilidad y la falta de aparcamiento perjudicará también al comercio de la ciudad.