No sé ustedes, pero a mí me está empezando a sacar de quicio el insoportable volumen de vehículos que circulan desde mayo por nuestras carreteras. Y aún quedan por delante los meses de julio y agosto...
Nunca antes había soportado retenciones como las que padezco este verano, por no hablar de la enorme dificultad que entraña actualmente encontrar aparcamiento en cualquier núcleo urbano o playa de renombre de la isla. Por no hablar de coches en doble fila, motos adelantando por izquierda y derecha o ‘cafres' que circulan como si la carretera fuera suya –aquí incluyo a algún taxista, que me perdone el resto.
Digo esto porque me resulta un auténtico milagro que no se produzcan más accidentes y de mayor consideración en Eivissa, un lugar por donde transitan ciudadanos de todo el Planeta, con sus reglas y modo particular de conducir. No todos nuestros visitantes conocen el sistema de señalización español ni tampoco sus estructuras para la ordenación del tráfico. Como he podido comprobar en primera persona (y conozco turistas que me lo confirman), las rotondas y los ‘ceda el paso' son elementos extraños que sortean como buenamente pueden.
Dicen reputados expertos que el problema del tráfico no se soluciona ampliando carriles o creando más carreteras. Pero ante la ineficacia del transporte público en la isla, ¿qué medidas se pueden adoptar? Limitar la flota de coches de alquiler y gravar la entrada de vehículos en los meses centrales del verano parecen las dos propuestas más factibles a corto plazo.
La reflexión viene a cuento porque nos adentramos en un mes de julio que, al menos sociológicamente, se presenta muy atractivo. La isla se enfrenta a innumerables desafíos de los que deberán tomar buena nota quienes gestionan nuestros recursos.
Junio se despidió en las Pitiüses con el triunfo electoral del PP en todos los municipios y con una ligera caída de Unidos Podemos que, no obstante, aún le mantiene por encima del PSOE, el partido que gobierna en tres de las cinco alcaldías. Curioso.
Por lo demás, la semana acabó con la detención de ‘narcos' de sa Penya y Cas Serres, y con Eivissa clamando contra los retrasos y cancelaciones de Vueling.