Triste final para la enorme manta que apareció ayer en la playa de Talamanca. Completamente desorientado, el animal, de dos metros de longitud, había llegado a la orilla a primera hora de la mañana de ayer y se había quedado varado en la playa ante la mirada de los alumnos y los técnicos de la Escuela Municipal de Vela, que rápidamente pidieron ayuda. Las fuerzas le flaqueaban y la manta se movía lentamente, incapaz de trasladarse mar adentro por ella sola. Sin embargo, falleció horas después de que fuera remolcada a alta mar. Unos palistas se la encontraron en los rompientes de s'Illa Plana.
Según informan desde el Centro de Recuperación de Especies Marinas, para la manta, al igual que ocurre con cetáceos y tiburones, suele ser fatal quedarse varada en la playa. No obstante, al soltar al animal en alta mar, los técnicos de Medi Ambient tenían esperanzas en que pudiera recuperarse. Un par de horas después de liberarla, la manta raya apareció muerta.
Durante el tiempo que pasó en la playa, el animal causó gran expectación. Minutos después del hallazgo en la arena de Talamanca llegaban los primeros refuerzos. Francisco Jiménez, celador de Medi Ambient del Ayuntamiento de Eivissa, y su compañera eran los primeros. «No podemos hacer nada. Hemos llamado al Seprona para que vengan», señalaba mientras una multitud de bañistas se arremolinaba alrededor del inmenso animal sin parar de hacerle fotografías.
Desorientada
«Creo que está herida con la hélice de un motor y tiene miedo. Cuando hemos visto que no podía salir, la hemos intentado empujar mar adentro pero como estaba desorientada no lo ha podido conseguir», explica Olivia Vetter, de la Escuela de Vela. De hecho, los intentos de sacar a la manta de la orilla fueron hasta ese momento vanos. Algunos intentaron empujarla con unos remos pero, cuando apenas se alejaba unos metros, el animal volvía a acercarse a la arena entre muestras de debilidad.
Al fin una pareja de agentes medioambientales del Govern balear llegan a Talamanca. Tras ponerse en contacto vía telefónica con un veterinario, toman la decisión de cargarla en una embarcación de la Escuela de Vela para transportarla a alta mar.
Esteban Cardona, uno de los técnicos, afirma que es la opción más viable. Sacarla del agua le causaría más estrés que las heridas que pudiera tener, según apunta Mercè Verdeguer, otra de las agentes de Medi Ambient.
Mientras esperan que la barca esté disponible, el biólogo Xavier Mas que pasea por la playa con su hija se acerca y explica que esta especie vive en alta mar y normalmente en otras latitudes. Además, es inofensiva para los bañistas. Como mucho, puede pegar un coletazo pero ni pica ni es venenosa.
Especie exótica
«La gente viaja a otros países para bucear con estas mantas». Es la explicación que Mas da a los niños que se acercan curiosos para saber más acerca de este animal. Él mismo asegura que solo ha visto otra igual a lo largo de su carrera.
Iker, de 12 años de edad, cuenta que anteriormente había visto una manta en Cala Tarida «pero mucho más pequeña». A pesar de ello, los niños dicen no tener miedo aunque «si te acercas te puede pegar con la cola».
Mercè Verdeguer tranquiliza a los niños: «La vamos a poner una red y la empujaremos mar adentro para devolverla a su hábitat. Necesita más agua para desplazarse. Aquí no puede nadar».
Según la bióloga, la manta se encuentra perdida en aguas de poco calado como las de la bahía de Talamanca. «Si se ha pegado un golpe, en alta mar se podrá recuperar sola. Si tiene una enfermedad más grave nos la volveremos a encontrar», añade.
Sin embargo, el pez manta que apareció ayer en Talamanca tuvo suerte. Los socorristas de la playa junto a los agentes medioambientales consiguieron llevar al animal a alta mar en la barca de la escuela donde pudo por fin volver a nadar con normalidad.