El concejal de Cultura, Educación, Patrimonio y Deportes del Ayuntamiento de Sant Joan y teniente de alcalde por Sant Llorenç, Santi Marí, valora muy positivamente la partida económica con la que cuenta su concejalía teniendo en cuenta el tamaño del municipio. Destaca las características peculiares que tiene Sant Joan con motivo de su pequeño núcleo urbano y la dispersión de la población y lo que ello supone a la hora de diseñar la programación cultural. Sin embargo, tiene claro que las tradiciones son un valor seguro en un municipio en el que reside mucha gente mayor de la isla.
—¿Cómo van las cuentas en lo referente a la cultura del municipio?
—Pues más o menos igual que el año pasado. Como estamos pendientes de que se aprueben nuevos presupuestos a nivel del Estado, se prorrogan los que hay. Pero más o menos seguimos cada año la misma línea. Fíjate que con un presupuesto global del Ayuntamiento de Sant Joan de 7 millones de euros , la inversión en Cultura es de casi de 400.000 euros. Lo que supondría casi el 5% del presupuesto, algo que no está nada mal para Sant Joan.
—¿Cuáles serían las partidas más destacadas en este área?
—Pues tenemos presupuestados unos 125.000 euros para hacer un pequeño centro de visitantes y de interpretación en la Cova des Culleram. Para promocionar nuestra historia, nuestra cultura y patrimonio. Luego, unos 8.000 euros para tener la cueva abierta en verano. Aunque esto le tocaría pagarlo al Consell.
Por otra parte, la partida destinada a promocionar las fiestas populares sube a 72.700 euros. La partida destinada a los dos telecentros en donde se hacen cursos para todos los públicos es de 74.760 euros y se incluye el pago de los profesores, ordenadores, reparaciones, etc. Para las 2 bibliotecas municipales hay una partida de casi 27.000 euros en donde se incluye la compra de libros, la realización de talleres, cuentacuentos, actividades, material de oficina y el personal.
—Sin olvidar a las ‘collas de ball pagès'
—Así es. En el caso de la promoción cultural es una partida muy importante la que nosotros destinamos a las collas de ball pagès. Aquí en Sant Joan tenemos las collas de Labritja y la de Balansat. Una parte va destinada a subvenciones que se les dan anualmente destinadas al mantenimiento de las collas. Además, se les dan otras subvenciones para hacer intercambios culturales con otras collas. Después ellos realizan la ballada tradicional en cada fiesta de pueblo o si necesitamos que bailen en algún acto.
—En cuanto al público que asiste a los eventos culturales, ¿qué parte supone la gente mayor?
—Fundamental. Aquí en Sant Joan, si miras la relación entre la población que tenemos con la acogida que tienen actividades como las conferencias que propone la UOM, te das cuenta de que viene mucha gente. A mi me satisface ver cómo los mayores del municipio tiene ansias de saber, de conocer y de hacer lo que quizás en su niñez o en su juventud no pudieron hacer porque evidentemente tuvieron vidas más complicadas que ahora.
—¿Cómo se diseña la programación cultural en Sant Joan?
—En un municipio con una población tan dispersa como Sant Joan, cuesta mucho que la gente se mueva. Siempre hay que ofrecer actividades nuevas y motivar y en verano es más complicado porque la mayoría trabaja en esta estación. Nuestros habitantes pueden consumir más cultura en invierno.
—Sant Joan no dispone de un espacio cultural como tal. Utilizan el teatro de sa Cala que pertenece a la Iglesia y tengo entendido que está en mal estado. ¿Tienen previsto cambiar esta situación?
—Es cierto que Sant Joan no dispone de un espacio propio para eventos culturales de este tipo. También es cierto que el Ayuntamiento viejo se rehabilitó y se utiliza como espacio cultural polivalente. Allí se realizan exposiciones, charlas, conferencias, reuniones de grupo, etc. Quizás es ese espacio cultural que le falta al pueblo. Creo que de momento es complicado destinar una partida presupuestaria a realizar un espacio específico para eventos. Funcionamos bien con el Ayuntamiento viejo. Claro que nos gustaría tener un espacio propio. Pero no tenemos ningún problema con utilizar el teatro de sa Cala ya que allí nos ponen todas las facilidades del mundo.
En cuanto al estado del teatro de sa Cala, no es que esté en mal estado. Nos tenía preocupados la tarima del escenario, parece que no son las bigas lo que está en mal estado, sino alguna de las tablillas puede que esté algo peor, pero no corre ningún peligro ya que hace poco que lo revisamos. Los técnicos recomendaron cambiar poco a poco el tablado, no las bigas, sino las maderitas de arriba. Trataremos de llegar un acuerdo con la Iglesia y la Asociación de Vecinos de sa Cala para poder hacerlo. No es urgente, pero sí recomendable.
—¿Se fijó algún objetivo en el terreno cultural cuando llegó a esta concejalía?
—Realmente no, no me fijé ningún objetivo en concreto. Mi idea era continuar con lo que se estaba haciendo e irlo mejorando y ampliando la oferta cultural del municipio, que insisto, tiene unas características peculiares. El hecho de tener la población tan dispersa, no tener un núcleo urbano, etc. supone que todo cueste mucho más a la hora de organizar una actividad.
—¿Cómo resumiría las características de esa población?
—Pues por un lado está la gente mayor, que es la que dispone de más tiempo libre. Por otro lado los jóvenes, que tienen su inquietudes y el resto, que suele trabajar en temporada y está más tranquila en invierno. Por eso programamos más eventos, cursos y demás en invierno.
—¿Cuáles son las actividades que más gustan en Sant Joan?
—Como afluencia de público, el mercado de los domingos tiene un gran éxito con sus grupos musicales, su artesanía y demás. La UOM también reúne a muchas personas. Otra y curiosamente, la proyección de las películas antiguas Zarabanda, bing, bing y No encontré rosas para mi madre grabadas en Ibiza y vinculadas a la exposición 50 años de cine en Ibiza. Las pidieron los propios vecinos y supusieron un éxito rotundo, así que seguiremos proyectando películas antiguas.