Un grupo de ciudadanos preocupados por las irregularidades urbanísticas de Ibiza salió de excursión y detectó que la antigua casa de aperos de ses Salines se ha convertido en «una vivienda con servicios básicos, como luz y agua, y otros no tan básicos, como aire acondicionado o antena parabólica. No se entiende por qué hay una vivienda, propiedad de Salinera Española, alquilada a gente que no tiene nada que ver con una zona fuertemente protegida ya que nos encontramos en un parque natural», explican estos ciudadanos, quienes denuncian que el recinto está delimitado por una valla «que supera en más de 80 centímetros el metro legalmente permitido y que interrumpe un acceso de dominio público. Dentro se pueden ver hamacas y antorchas, quizá para fiestas en la playa si hacemos caso a los que nos cuentan los vecinos del lugar».
Durante su excursión comprobaron cómo había dos personas que «estaban luciendo una pared, aunque en tres ocasiones nos dijeron que eran trabajadores de la Salinera, quienes nos informaron de que podíamos alquilar la vivienda, siempre que la reformáramos nosotros. Suponemos, entonces, que el Ayuntamiento de Sant Josep estará al corriente de todo esto porque la vivienda tendrá cédula de habitabilidad. ¿O no hay cédula de habitabilidad?». Los excursionistas recordaron que hace ocho años un particular denunció ante el permiso concedido para reformar la caseta «ya que en un principio iba a ser el lugar donde se construiría el centro de interpretación de ses Salines, pero cuando éste se ubicó en la casa parroquial de Sant Francesc parecía claro, como así ha sido, que iba a darse otro uso». Esa denuncia obtuvo «silencio administrativo».