El ser humano necesita sentimientos para crecer», afirma Inmaculada Concepción Vallés Guinjoan. Y el problema, sostiene, es que este precepto se ha perdido en la educación actual por el afán de cumplir el programa pautado por los políticos de turno para ser cumplidos por las escuelas. Mientras, los padres deben trabajar a destajo para mantener a sus hijos de la forma que la sociedad pauta que es la correcta por un sueldo que casi nunca es el justo. Los niños quedan en el medio en una especie de limbo en el que padres y maestros cada vez tienen menos autoridad sobre ellos. Esta es sólo una parte del panorama actual que la autora de ‘Acoso, fracaso escolar. Alternativas' ofrecerá hoy en el coloquio con motivo de la presentación de su libro que se llevará a cabo a las 20.30 horas en la Sala Marià Villangómez de Can Ventosa con la presencia de Agustín Prades y Miquel Ramón Vingut.
Vallés espera que los asistentes sean más que meros espectadores, «que sean participantes y hablemos sobre el estado de la educación porque no sabemos como salir del acoso. Los maestros y los padres tienen cada vez menos autoridad sobre los niños porque están cada vez más institucionalizados, es más importante cumplir con programas pactados por el estado y los políticos que encargarse de la persona». Para encontrar una salida a esta enfermiza situación de desigualdad es necesario «favorecer que cada persona tenga una educación que se encargue de la persona», que le de las armas necesarias para no perder su capacidad de decisión.
La decisión es esa competencia que nos hace humanos y que gracias a este desgaste de la educación se ve cada vez más diezmada. «Realmente interesa que la cultura general de la población sea de un nivel técnico y no más, así hacemos lo que ‘los de arriba' quieran», afirma la autora. En esta vorágine los maestros, en su mayoría, «enseñan nombres pero no conceptos y su aplicación en la realidad. Se necesita una escuela mucho más humanística».
El problema no se esfuma al terminar el ciclo escolar básico ni mucho menos. Por ejemplo, el libro trata también el conflicto adolescente: marginación, invisibilidad, el dominio a través de la violencia, el alcoholismo, las drogas, las violaciones y una parte de la música de moda que «avala» este tipo de prácticas normalizándolas.
Sin duda, un complejo panorama que tratará de encontrar respuestas a lo largo del coloquio que albergará la Biblioteca Municipal d'Eivissa esta noche.