Ayer a las 12 horas Aena recibía en el aeropuerto de Ibiza al primer avión que llega a la isla desde el Aeropuerto de St. Gallen-Altenrhein, en la población suiza de Thal. Los cañones de agua de los camiones de bomberos cumplían con el tradicional bautismo a las aeronaves que aterrizan por primera vez, en este caso un Embraer 170 con capacidad para 75 pasajeros.
Desde el 22 de junio y hasta el 27 de agosto, la aerolínea ofrecerá vuelos cada jueves y domingos de la semana, por 279 euros, según la web oficial de la compañía.
A la salida de la terminal los turistas eran recibidos por el Consell d'Eivissa, como promotor turístico, y Aena, que organizó el acto de bienvenida. Algunos de los pasajeros informaban a los medios de su propósito en la isla:
«Disfrutar de la playa, la gastronomía y la fiesta», explicó Jack, que celebra en la isla su aniversario de boda o Nina, que se alojará en el apartamento de unos amigos.
Desde el Consell d'Eivissa están convencidos del salto cualitativo que supone la ampliación de rutas con el país helvético, que ya ofrece rutas desde Ginebra o Zurich con la compañía Vueling. Se trata de un mercado que atrae a un nuevo perfil turístico en alza «respetuoso con el medio ambiente y de un nivel adquisitivo elevado», explicó el presidente del Consell d'Eivissa, Vicent Torres. Con este pretexto, Torres informó de las nuevas aspiraciones del Consell d'Eivissa en las políticas turísticas. Torres afirmó que no solo se pretenden abrir nuevas rutas para atraer al turista según su procedencia (Suiza o Países Bajos) sino también por la temporada en la que viaja: «En verano no podremos crecer como se crecía porque ya no hay más plazas... ya no es la importancia cuantitativa sino la cualitativa». La situación actual es que «cada vez hay más conexiones en invierno y un adelanto de la temporada de verano (a marzo y abril)», aseguró Torres, en alusión a la tendencia hacia un nuevo mercado a desarrollar para el resto de estaciones del año. Asimismo, el presidente también manifestó su preocupación en torno al intrusismo y la sobreocupación y la necesidad de «controlar las plazas dentro de la isla. El trabajo de Aena es atraer el mayor número de turistas posible y el nuestro es controlar ese volumen y dotar de infraestructuras y medios una vez el pasajero sale del aeropuerto».
Las encuestas expresaban un aumento de pasajeros del 13% en mayo, cifra que no se corresponde con la ocupación hotelera, a la baja hasta entonces.