«Somos tan pocos que no podríamos hacer ni huelga porque no llegamos a los servicios mínimos». Es el irónico lamento expresado ayer por un empleado de la oficina local de Tráfico de Ibiza. La situación es tan precaria que a día de ayer solo había dos operarios para prestar un servicio pensado para ocho trabajadores. Una situación extrema que puede ir a peor ya que en breve uno de los refuerzos itinerantes regresará a su destino en León.
Desde la delegación advierten que la situación «ya es límite. Los trabajadores de atención al público están atendiendo un 80 por ciento más de citas de lo que les correspondería y la oficina ya no puede dar más de sí».
El pasado 29 de marzo, PERIÓDICO de IBIZA Y FORMENTERA ya avanzó los graves problemas de personal que atravesaba la delegación local de tráfico por los recortes en la Administración y, especialmente, por la carestía de vida y los problemas para encontrar una vivienda.
Por aquellas fechas había cinco personas. Había dos refuerzos pero estos se han marchado y otro trabajador está de baja. «Por 1.200 euros más los 50 del plus de insularidad, aquí no quiere venir nadie», lamentan.
Las gestiones se acumulan y las citas se dan a un mes vista. Desde la oficina destacan el esfuerzo que están realizando ya que cada semana se están atendiendo más de 500 citas y para este volumen haría falta un mínimo de cuatro operarios, dos más de los actuales.
Quejas y tensión
«La situación ha empeorado mucho en el último mes porque con la llegada de la temporada viene más gente y hemos vivido varios episodios violentos y de tensión», señaló uno de los empleados, que añadió que en varias ocasiones han tenido que reclamar la presencia de la Policía Local. «La mayoría de la gente nos entiende cuando les explicamos cuál es la situación, pero hay algunos que ven su problema como el más importante y no comprenden que debemos atender primero a la gente con cita».
En la oficina se realizan los cobros e informes de multas, pero también se hacen cambios de titularidad de vehículos, duplicados de permisos de circulación y de conducir, o canjes de permisos de otros países, entre otras muchas gestiones. «Son trámites que llevan un tiempo y a ello se suman las matriculaciones que se acumulan por la ITV», indican desde una oficina que afronta un verano de vértigo.