El agua de cala Vedella lleva desde hace unos años amaneciendo con un color verde y amarillento en su superficie durante los meses más calurosos del año.
Una de las razones que explican esta circunstancia es su situación, entre formaciones rocosas que impiden la entrada de oleaje y, por tanto, la ausencia de corriente y la presencia de temperaturas elevadas que convierten la playa en una balsa. Los bañistas no dejaban de sorprenderse ayer de esta circunstancia en una cala que fue «una de las mejores de España para nadar. Entre colinas y de aguas cristalinas».
Josua lleva muchos años viviendo en la zona: «El agua está muy turbia y sucia; hay mucha gente y muchos barcos y algunos dicen que son los hoteles los que tiran residuos al mar».
Gunda es holandesa y llegó a la isla hace 20 años: «Llevo muchos años viviendo en Cala Vedella y tanto yo como mis amigos opinamos que la situación de la playa no puede ir a peor. Sobre la afluencia de gente creo que es un ciclo. El año pasado la curva de ese ciclo llegó al límite y ahora empieza a bajar, espero. La playa está abarrotada y pienso que también es la causa de la suciedad».
Por otro lado, los socorristas aseguraban atender a unos 20 usuarios diarios aquejados de la mala calidad el agua: «Nosotros no podemos hacer nada; es un alga que viene a comer la suciedad que hay en la orilla, se puede ver que el agua está verde y no hay visibilidad ninguna. Tras el incendio de las embarcaciones vinieron del Ayuntamiento y nos informaron que la suciedad provenía de una microalga y que nosotros nos teníamos que preocuparnos».
De hecho, es la situación de falta de corriente y el aumento de la temperatura lo que propicia la aparición de esta alga. Al no resultar eficaces las medidas para limpiar el agua, Cala Vedella seguirá en este estado.