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Una mañana con conciencia ecológica

Los pequeños se mostraron encantados en todo momento con el paseo de «pequeños granjeros».

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Son algo más de las 10 de la mañana y Lila se dispone a hacer su trabajo favorito. Esta boxer blanca con alguna que otra mancha negra tiene 9 añitos y mucho amor para dar la bienvenida a los 37 niños de entre 3 y 7 años de la escuela de verano del colegio L'Urgell de Sant Josep que ayer visitaron la finca ecológica Can Musón, a escasos kilómetros de la entrada a Santa Eulària.

Tras reponer fuerzas con un potente desayuno a la sombra, los niños se dispusieron a recoger los cubos que el dedicado personal de la finca ya había preparado con hojas para alimentar a los animales. Tras pasar por el huerto la ansiedad por la llegada de los animales corría por las venas de los «pequeños granjeros», como los llamaba Angie, la encargada de explicarles el trabajo que se hace en Can Musón, las especies que veían y los cuidados que debían tener con cada uno de ellos, para inculcar en ellos el amor a los animales y al medioambiente.

Toni Ramón, gerente de Can Musón, comentó a PERIÓDICO de IBIZA Y FORMENTERA que «vienen niños a visitarnos durante todo el año, no sólo en verano. La finca está pensada para que ellos puedan conocer de primera mano todos los valores que transmite la naturaleza, la tradición de Ibiza, el campo y sobre todo una educación dentro de la ecología, la ética animal y biológica. Ellos disfrutan siempre muchísimo de ver los animales, de ver de dónde salen los productos que ven en los supermercados. Es una mañana de convivencia perfecta».

El camino continuó discurriendo entre los corrales de gallinas, pavos reales, cerdos ibicencos, conejos, patitos y cabras. Angie advertía que no les dieran toda la comida a los primeros animales que vieran porque había muchos más para alimentar. Aunque fue un trabajo duro controlar la ansiedad, la mayoría escuchó el consejo y pudo dar de comer a todos.

Laida Cubo, directora la escuela de verano, comentó que «hemos venido de excursión a la finca como una alternativa a la playa, para que pudieran tener contacto con los animales también».

Isa, de 6 años, aseguró que le ha «encantado dar de comer a los animales, especialmente a los cerdos porque son especiales ya que son ibicencos». Otros, como Eloy, de 4 años, delante de las cabras comentó que «no se las quiero dar en la boca porque me da miedo que me muerda, se las voy a tirar». Lo cierto es que los dos ponys rescatados que conviven con 22 cabras de todos los tamaños y edades fueron los grandes favoritos de las niñas, seguidos muy de cerca por los «conejos enormes» que tantos suspiros levantaron.

Por su parte, Ioia, de 5 años, aseguró que le gustan tanto los animales que «en la casa de mi abuela tengo muchos, hasta una vaca», mientras daba algarrobas a las cabras. El calor no fue excusa para no disfrutar de una mañana de convivencia, respirar aire puro y disfrutar de un entorno único.

Reconocimiento al esfuerzo:

«Hemos tenido una gran recompensa por toda nuestra lucha y por el esfuerzo que nos supone nuestro proyecto, hemos sido galardonados con el Premio de Turismo de las Islas Baleares 2017 en la categoría de mejor Responsabilidad Social Corporativa. Para nosotros es un gran honor y un reconocimiento al gran esfuerzo que nos implica mantenerlo», señaló María Marí Colomar, alma de la finca ecológica Can Musón, en funcionamiento desde 2009.

«Me encantaría que desde las instituciones dirijan su mirada hacia el campo ibicenco y den más facilidades para que proyectos similares al nuestro se puedan desarrollar porque esto es muy importante para la isla de Ibiza. Esto lo demuestra la gran cantidad de mails de todas las partes del mundo para visitar nuestra finca, lo que significa lo importante que es ‘la otra Ibiza' que no se ha conservado y que ha sido un error.

Tenemos que luchar para que esta ‘otra Ibiza' salga a la luz y podamos disfrutar de ella. Mi lucha siempre ha sido conseguir que los campos de Ibiza estén más cuidados, he sido muchos años presidenta de los agricultores ecológicos, y siempre he trabajado para que el campo ibicenco estuviera mejor y para que la gente tuviera a disposición una mayor cantidad de productos buenos para su salud, y que los niños tengan espacios para disfrutar de un ambiente natural que los concience sobre su importancia y el comer sano», agregó.

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