El conseller de Territorio, Energía y Movilidad, Marc Pons, ha recordado que el Govern impulsa una línea de ayudas de 1,2 millones de euros para que las administraciones públicas doten a sus edificios de instalaciones fotovoltaicas. Para 2018, el Ejecutivo balear tiene previstos dos proyectos más en relación a la distribución de este tipo de placas.
Pons visitó ayer en Ibiza el centro de salud, uno de los once edificios que este año han instalado placas solares para su autoconsumo a través de la convocatoria de ayudas. El proyecto permitirá a este edificio el ahorro de unos 1.100 euros al año.
«Es un paso que da el Govern, pero no es suficiente. Necesitamos espacios para incrementar y, por ello, anunciamos la convocatoria de ayudas para instituciones públicas, Consells y ayuntamientos, para dotar equipamientos con instalaciones fotovoltaicas que permitan la producción y el ahorro energético y económico», dijo.
El conseller reiteró la importancia de las renovables «porque tenemos un compromiso claro, el de París, que nos debe permitir dar un paso adelante en la producción de renovables y en la reducción y disminución de las convencionales, como el petróleo y gas. Baleares tiene una asignatura pendiente e Ibiza, especialmente».
«A nivel de Ibiza necesitamos un gran acuerdo que permita, poco a poco, pasar del 0 por ciento en el que estamos, porque en Ibiza no hay producción de energías renovables. Los compromisos de la UE fijan que, por lo menos, deberíamos llegar en 2020 a un 20 por ciento de renovables», insistió sobre el expediente a Endesa.
Por otro lado, sobre el expediente abierto a una central por los olores que provoca, el conseller aseguró que «se han dado los pasos que tocaban y el Govern ha actuado con celeridad y contundencia porque garantizamos, en estos momentos, que el fuel deje de ser una realidad en la central».
«Es cierto que fue fruto de unas denuncias. El Govern ha actuado hasta el punto de que Endesa, a iniciativa propia, ha confirmado el cierre de estos grupos», concluyó.