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Tots Sants | Vila

Sol, flores y recuerdos en memoria de los familiares que se han ido

El día de Tots Sants registró una gran actividad en los dos cementerios de Vila. | Daniel Espinosa

| Eivissa |

Un trasiego de flores, bayetas y cubos inundó el soleado día de Tots Sants que se vivió ayer en el Cementeri Vell de Vila, donde centenares de personas acudieron a lo largo de todo el día para honrar la memoria de sus seres queridos fallecidos.

La mallorquina Coloma Torres supervisaba ayer el trabajo de sus hijas, que habían traído flores frescas y aprovechaban el día para sacarle lustre a las imágenes de la Mare de Déu y el Cor de Jesús que guardan el nicho de sus familiares fallecidos. «Aquí tenemos enterrada a la regüela, a los güelos y al tío. Venimos porque es una manera de expresar que nos acordamos de ellos», señala su hija Teresa.

Mientras tanto, Lina y su marido deambulan por uno de los pasillos del cementerio intentando localizar el nicho de un antepasado. «Estamos buscando a un tío. Se llama José Clapès y murió hace cuarenta años. A no ser que lo hayan cambiado de sitio lo encontraremos», afirma rotunda. Lina aprovecha este día para visitar las lápidas de todos los parientes porque la limpieza la hizo dos días antes. Ella cree que esta tradición no se perderá pese a que los tiempos han cambiado: «Halloween, para los americanos. Nosotros nos quedamos con nuestras castanyades, nuestros panellets y nuestras pinyonades», explica.

«¡Qué menos que visitar a nuestros familiares fallecidos!», afirma Nati Solera frente a la lápida de sus padres. «De vez en cuando venimos y les hacemos una visita. Nos gusta venir aquí y recordarlos», explica.

Para Piki el día de Tots Sants resulta este año especialmente emotivo. Ayer visitó por primera vez el cementerio en un día como este por la reciente muerte desu madre. Le acompañaba su hija Isa, quien pese a su corta edad imitaba a los mayores limpiando una de las lápidas. «Yo prefería que se quedara en casa pero ha querido venir para visitar a la abuela», explicaba.

«¡Mira cómo manejo la escalera!», exclama una mujer que se encarama a una fila de nichos situada en las alturas. La mayoría de los familiares opta por limpiar ellos mismos las lápidas pero hay otros que prefieren pagar los servicios de los profesionales. Unos empleados de una floristería llevaban ayer varios centros de flores para colocarlos en una de las capillas del Cementeri Vell.

Loli Trigueros acudía como cada año desde Barcelona al camposanto vilero para visitar la capilla donde reposan en el subsuelo los restos de una quincena de familiares, entre ellos, su padre, Luis Trigueros, registrador de la propiedad en vida. Junto a su hermano, mantiene esa tradición viva. «Me gusta traerles flores y estar un rato en la capilla, donde están todos mis familiares juntos».

En el extremo opuesto de los difuntos que están enterrados en estas capillas, encontramos la del centenar de asesinados ibicencos durante la Guerra Civil, cuyos cuerpos se desconoce dónde están enterrados y que, desde el año pasado, tienen en el Cementeri Vell un memorial con unas placas de cerámica en las que se pueden leer sus nombres. Ellos no disponen de un nicho donde reposen sus restos pero sus familiares se encargaron de poner flores a los pies del monumento.

EL APUNTE

Una tradición que se mantiene en pleno siglo XXI

Ni la colonización del Halloween americano ni la transformación de la sociedad han acabado con la tradición de visitar a los difuntos cada 1 de noviembre.

Lo que sí que ha cambiado es la duración de esta celebración. Antiguamente, la gente aprovechaba el día de Tots Sants para limpiar las lápidas y el 2 de noviembre, día de los difuntos, acudían al cementerio vestidos para rendir homenaje a sus familiares.

«Ahora aprovechando que es festivo, la gente solo viene a los cementerios el día 1 de noviembre», explicaba ayer Teresa Bofill en el Cementeri Vell de Vila.

‘DÍA D' EN LOS CEMENTERIOS
Actividad frenética en los dos camposantos de Vila

Limpiar, decorar con flores y pasar unos minutos junto a los seres queridos que ya no están. Fueron tres de las acciones más repetidas ayer durante la jornada de Tots Sants en los dos cementerios del municipio de Vila: el Cementeri Vell y el Nou. El día soleado también acompañó a esta tradición y atrajo a numeroso público desde primeras horas de la mañana

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