Se respiraba un aire de cooperativismo, reflexión y esperanza bajo un manto, eminentemente, morado. La jornada de huelga de ayer a la hora de comer estuvo marcada por la cocina saludable y unas actividades adaptadas a las necesidades del feminismo más pacífico, demostrando que el feminismo es, en efecto, el movimiento más pacifista que pueda existir. El reclamo de comida gratuita bajo el cartel ‘aprovisionamiento solo para mujeres' fue ofrecida por una veintena de «aliados feministas» y voluntarios esporádicos que cocinaron y sirvieron comida a todas aquellas mujeres que iban llegando, formando una cola que rodeaba el centro de la plaza. Los voluntarios «son amigos y compañeros, muchos no se conocían entre ellos y se han puesto de acuerdo para ayudar», explicaba Inma Saranova de Figa de Pic, sorprendida por la llegada progresiva de huelguistas. El reclamo surtió efecto y las comensales se reunieron alrededor del parque para degustar, en un ambiente distendido, gerret, humus con crudités, cocas, cuscús, patatas y embutidos, café, agua y refrescos.
Luz es una joven del Círculo Joven de Podemos que estuvo presente en el evento, «la mayoría de compañeros no han ido al colegio». Al lema ‘la desigualdad es más violenta que cualquier protesta' que llevaba su compañera en la pechera, Luz se mostraba motivada: «Vamos a estar aquí y vamos a ir a la manifestación, aunque llueva, que para eso hemos traído paraguas y hemos estado toda la mañana haciendo carteles». Graciela Masiano, representante de los profesores en la nueva plataforma ciudadana ‘No más precariedad', estaba impresionada «yo me he quedado muy asombrada porque habíamos propuesto hacer huelga parcial y me he encontrado a 15 o 20 profesoras del IES Sa Colomina participando, la comida ha sido un éxito».
La misma plataforma se había ocupado del apoyo a los piquetes, la elaboración de pancartas o la música y algo de comida. Así lo explicaba Rafa Sánchez, su portavoz y añadía que la jornada de ayer fue un «momento histórico en Ibiza» y dentro de la organización, formada por varios grupos sociales enfocados a la precariedad, tuvieron especial protagonismo las Kellys de Ibiza y Formentera y su concreta reivindicación acerca de sus condiciones laborales y de jubilación en una isla dominada por un sector hostelero «implacable con ellas», sostenía Rafa.
No todas la opiniones fueron positivas. Teresa venía de trabajar en Hipercentro, «nadie nos ha informado de nada, nos hemos enterado por nuestra cuenta, y nuestros sueldos no son lo suficientemente altos como para permitirnos ir a la huelga», lamentaba aclarando que «para el que trabaja en un organismo oficial es más fácil, pero en empresas privadas como la mía, complicado. Aquí en Ibiza hay muy poca participación en todo, no solo hoy. Esto tenía que estar llenito, ¿dónde están todas? A lo mejor luego».
Las actividades se enfocaron con intención de hacer la digestión y coger fuerza de cara a la manifestación de las 18.00 horas. Los talleres, dirigidos por Inma, que a través del megáfono instaba a la participación, constaron en la elaboración de pancartas y chapas, un Trivial Feminista, un taller sobre menstruación o «proyectos de intención». También, y sin que faltara el sentido del humor, la vocal animaba a: «Crear lemas también, no vamos a estar todo el día con ‘el viva el feminismo».Proyectos de intención es una técnica relajante de visualización mental en grupo para «imaginar cómo sería la Ibiza feminista, una manera de «cambiar el mundo con el pensamiento» y ser conscientes del «espacio» que ocupan las mujeres y como mejorarlo y compartirlo «con otras mujeres», ilustraba su monitora.
Una jornada, al final, fuera de lo convencional, una huelga adaptada 100% a los valores feministas.