El Ayuntamiento de Sant Antoni aprobó ayer de forma definitiva, con los votos en contra del Partido Popular y los abucheos de un centenar de empresarios, la declaración de Zona de Protección Acústica Especial (ZPAE) del West End que supondrá la reducción en el horario de apertura de restaurantes, bares, cafeterías, cafés concierto, discotecas y salas de fiesta. Según explicaron desde el Consistorio, esta limitación se suma a otras medidas correctoras cuyo fin es disminuir los elevados niveles de contaminación acústica registrados en esta zona dle municipio.
Desde el 20 de diciembre de 2017, fecha en la que se llevó la propuesta a pleno para su aprobación inicial, Sant Antoni ha recibido un total de 14 alegaciones presentadas por particulares, por algunos colectivos y por la oposición. Según explicó Pablo Valdés, concejal de Medi Ambient, cuatro de ellas «no proponían nada», otras tres hacían un diagnóstico del problema «carenciendo de propuestas» y las siete restantes abarcaban desde compromisos, como mantener la puerta cerrada o suprimir la actividad de relaciones públicas, hasta diferentes propuestas entre las que destacaban la supresión de algunas calles o escalonar los cierres según el tipo de establecimiento. Unas alegaciones que, según dijeron los empresarios, «no han servido para nada».
Por su parte, desde la oposición criticaron la decisión del actual equipo de gobierno por hacerlo todo «rápido, mal y sin consenso». En esta línea, el concejal Marcos Serra, señaló que «no os importan los puestos de trabajo que se van a destruir, la ruina que pueda provocar esto a los empresarios que han hecho inversiones en sus locales o el impacto negativo que va a tener la medida para el pueblo».
Palabras aplaudidas por los empresarios presentes en el pleno que no dejaron de insultar a Pablo Valdés en ningún momento. «¿Y las familias que se quedan sin trabajo?, ¡Vais a dejar sin pan en la boca a la gente!, ¡Eres un payaso!, ¿Sois unos sinvergüenzas!», pudo escucharse.
Críticas que Valdés respondió con datos. «Con esta medida se estima que podamos llegar a una reducción de en torno al 50% del problema que tenemos», señaló al tiempo que recordó que, Sant Antoni, está en el top ten de la contaminación acústica del país. «Frente a eso, lo único que se puede hacer y cueste lo que cueste es poner medidas, porque hacer otra cosa sería inmoral e ilegal», añadió. «¡Ilegal como lo que pasó con tus multas!», respondieron algunos empresarios.
Excluida la calle del Mar
Una de las decisiones más criticadas fue la de excluir la calle del Mar de la limitación impuesta al resto de calles del West End. «Se trata de una vía en la que existe tráfico rodado, lo cual marca un hecho diferencial del resto de vías, además de que no se pudo instalar un sonómetro en verano», matizó Valdés.
Palabras que la oposición rechazó porque «viendo a quién afecta es, como mínimo, curioso». De hecho, muchos empresarios hablaron de «favoritismos» al considerar que esa calle queda excluida porque sus empresarios están relacionados con miembros del equipo de gobierno.
Además, Serra señaló que es en esa vía «donde reside más de la mitad de la gente de la zona que, dicen, es la más afectada del municipio. ¿Han pensado que al limitar los horarios del West, pero manteniéndolos en esta calle contigua, pueda hacerse aquí el efecto contrario y agravarse el problema del ruido», preguntó.
Por su parte, Pep Tur, presidente de la Associación de Empresarios del West End, no quiso mojarse en relación a este tema. «Buena pregunta. Está claro que se trata de una discriminación y no estamos de acuerdo».
Desde el Ayuntamiento se defendieron acusando a los populares de no haber hecho nada durante los 35 años que gobernaron. «No han puesto sobre la mesa ni una medida para regular esta zona. No han podido, no han querido o no han sabido», puntualizó Valdés. «Hemos tenido que llegar nosotros para coger al toro por los cuernos».
Críticas de los empresarios
La declaración del West End como ZPAE es, en palabras de Pep Tur, «la ruina total». El presidente de la Asociación de Empresarios lamentó que no se hayan sentado a negociar la medida con los afectados y aseguró que habrá consecuencias con esta limitación de horarios. «Se va a liar en el pueblo y nos van a arruinar a nosotros. La mitad de los trabajadores se irán a la calle y el resto trabajará a media jornada. En dos o tres años nos vamos a hacer puñetas», dijo.
La misma opinión la tuvo Javier Anandon, empresario del West, que calificó la decisión de «precipitada». «Sant Antoni se está recuperando y hay que sancionar a los malos y a los buenos dejarlos trabajar», especificó. Y es que, a juicio de varios empresarios, el equipo de gobierno ha pasado por alto «durante tres años» las infracciones de unos que «ahora repercuten en todos».
Con la medida aprobada, el Ayuntamiento aseguró estar trabajando en actuaciones que mejoren la imagen de esta zona del municipio. De momento, han cerrado la contratación, durante cinco años, que permitirá instalar sonómetros en el West End para «saber cómo evoluciona» el problema, además de ampliar el horario de las terrazas; ya no tendrán que bajar la persiana a las 23 horas, podrán hacerlo una hora después y contarán con media hora extra para recoger el inmobiliario de la vía pública.
La ordenanza entrará en vigor al día siguiente de su aprobación en el BOIB y se podrán presentar alegaciones al respecto.
Sant Antoni aprueba la limitación de horarios en el West End entre gritos de «sinvergüenzas»
N. Martínez |