«Acollonada». Una sola palabra bastó a una de las dos trabajadoras de la oficina de Bankia de Santa Gertrudis para resumir el mal trago que habían sufrido tres horas antes, en torno a las 08.45 horas, cuando dos hombres cubiertos con gorras y gafas de sol irrumpían en la sucursal blandiendo un cuchillo de grandes dimensiones.
En el interior de la oficina habían tres empleados y una clienta. Uno de los individuos reclamó el dinero de la caja al tiempo que amenazaba a una de las trabajadoras colocándole el cuchillo a la altura del cuello. En cuestión de minutos los dos individuos se hacían con un botín de en torno a 2.500 euros y se daban a la fuga con una moto.
Tras alertar del golpe, hasta el número 9 de la calle Venda de Fruitera se desplazaban varias patrullas de la Guardia Civil y de la Policía Local de Santa Eulària, así como una ambulancia del 061.
Los equipos médicos tuvieron que atender a dos empleados. Una mujer de 48 años padeció una crisis nerviosa, mientras que un hombre de 41 años sufrió una contusión lumbar fruto de un golpe propinado por uno de los delincuentes.
Operación jaula
Las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado activaron un amplio dispositivo para tratar de localizar y detener a los autores del robo. Agentes de la Guardia Civil y del Cuerpo Nacional de Policía desplegaron controles en diversos puntos de la isla, así como en los accesos al puerto y aeropuerto de Ibiza o el puerto de Sant Antoni.
Paralelamente, agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil recababan pruebas en la oficina bancaria escenario del robo. Las imágenes de las cámaras de seguridad podrían dar alguna pista para identificar a los asaltantes. A mediodía los agentes abandonaban la sucursal que ya permaneció cerrada el resto del día. «No podemos decir nada», subrayó uno de los empleados. Según señalaron fuentes conocedoras de los hechos, los asaltantes tenían acento extranjero y actuaron con bastante agresividad. Al cierre de esta edición no había trascendido ninguna detención.
LA NOTA
Precedentes de atracos a mano armada en la isla
La tranquila Santa Gertrudis fue el escenario ayer de un atraco a mano armada que guarda ciertos paralelismos con otros robos perpetrados en la isla recientemente. Los asaltantes iban cubiertos, armados y huyeron en moto, un modus operandi que también utilizaron los jóvenes que el 15 de noviembre de 2017 irrumpieron en una tienda de la calle Abad y Lasierra de Ibiza amenazando a la dependienta y una clienta con una pistola. Los jóvenes, que se llevaron unos 400 euros, fueron detenidos en diciembre por la Policía Nacional. Tenían entre 15 y 17 años. Dos meses antes, la Guardia Civil había detenido a los dos jóvenes que el 11 de junio asaltaron una boutique de lujo en el puerto deportivo Marina Ibiza. Los delincuentes irrumpieron en el local cuando los empleados se disponían a cerrar. Se cubrían con cascos e iban armados con pistolas. Tras desactivar la alarma, abrieron la caja fuerte y huyeron en moto, llevándose un botín de unos 7.580 euros de la caja fuerte y prendas de vestir valoradas en unos 15.000 euros. Más lejos en el tiempo, en verano de 2016, una banda ejecutó varios golpes parecidos en bancos de Ibiza y Sant Antoni.