Este año la obra inaugural fue bastante más sencilla que en ediciones anteriores, completamente en catalán, con trajes muy cuidados y con divertidas referencias a Ibiza. Dirigida por Neus Torres, y protagonizada por ella misma, Borja Tous y Ángels Martínez, la historia giró en torno a Catalina Bardavall, una divertida bruja del Renacimiento que se ve obligada a deshacer un conjuro que impedía desembarcar a los artistas que iban a participar en la feria medieval.
Finalmente todo eso quedó en mera anécdota y después de la bruixa Catalina deshiciera el conjuro descendieron por el Portal de ses Taules una decena de bellas bailarinas del Centro de Danza, que demostraron su habilidad en los bailes medievales. Lo mismo que los abanderados del grupo italiano Gruppo Sbandieratori dei Rioni di Cori que un año más volvieron a dejar con la boca abierta al numeroso público que poblaba los alrededores del Portal de Ses Taules y el Mercat Vell.
Un momento del espectáculo de los italianos Gruppo Sbandieratori dei Rioni di Cori.
«Mucha gente para tan poco espacio»
El espectáculo de inauguración generó una gran expectación con centenares de personas poblando una Plaza de la Constitució que una vez más se quedó pequeña para tanta gente. Incluso, hubo momentos de agobio, sobre todo antes de que comenzara la representación. «Esto es precioso, hay una vistas muy bonitas de la Catedral y Dalt Vila, pero creo que la organización debería buscar un sitio un poco más amplio porque un día puede haber una desgracia», comentó a Periódico de Ibiza y Formentera Juana, una vecina de Sant Antoni que baja todos los años a la inauguración del Eivissa Medieval.
Esta sensación se repetía entre algunos presentes más que se quejaban de no poder andar, moverse y casi respirar. «Esto es agobiante porque somos muchos en muy poco espacio y porque cada año más gente te empuja y saca el codo para grabar todo lo que tiene a su alrededor con el dichoso teléfono móvil», contaba María Tur, una vilera de 76 años y residente en la ciudad «desde que tengo uso de razón».
Por su parte, muchos turistas no parecían darle mucha importancia al tema. Por ejemplo, Juan, Miguel y sus parejas Paloma y Sonia, llegados desde Sevilla para pasar unos días de vacaciones aseguraban «que esto no es nada comparado a lo que se puede vivir en la Feria de Abril». Lo mismo que Jurgen y Kristine, matrimonio de Hamburgo y, «alucinados» con lo que estaban viendo. «Es algo muy bonito por el entorno y por como está decorada la ciudad, y es una pena que no se promocione más porque muchos alemanes no sabemos que esto se celebra todos los años». Y sobre el agobio y la gente... «sinceramente, no hay que darle más importancia... todo en esta vida tiene su parte buena y su parte mala».