Las deficiencias en el aislamiento del bloque quirúrgico ha supuesto la puesta en marcha de una serie de actuaciones que se desarrollan en cuatro fases para mejorar las instalaciones. La primera de ellas ha sido el sellado y posterior limpieza y desinfección de seis de los ocho quirófanos. Una vez abiertos con todas las garantías, tras el resultado negativo del análisis microbiológico, se revisarán los dos restantes. Después se realizará la ampliación de los vestuarios y el cambio de circuitos, que no afectaría al funcionamiento de los quirófanos. «Se han encontrado aspectos que tal vez son correctos pero no son recomendables entre el circuito de personal de la parte sucia y limpia y, a demanda de los profesionales, se han revisado los espacios de vestuario y se han encontrado posibilidades de mejora en este circuito», explicó ayer el director gerente del Servei de Salut, Juli Fuster. Las obras acabarían en una cuarta fase con actuaciones exteriores en la fachada y en jardines para garantizar la estanqueidad.
El director general del Servei de Salut, Juli Fuster, recordó que la concesionaria se encargó de la construcción del hospital y mantenimiento y limpieza, entre otros servicios no asistenciales. Hace dos años hubo el primer problema con la aparición de moscas en los quirófanos y entonces la concesionaria «se puso al frente de un hospital recién abierto y se encontró un problema en el forjado del suelo, se hizo un cierre y por parte del Servei de Salut se hizo una auditoría que certificó la estanqueidad». Explicó que hace tres semanas aparecieron de nuevo «unos insectos, muy pocos, uno o dos, y el análisis que se hizo parecía que tenía que ver con una entrada con los accesos de la zona quirúrgica pero cuando hace una semana volvieron a aparecer, desde el Servei de Salut decidimos que eso no podía ser de ninguna manera y nos pusimos al frente para intentar resolver el tema, «interviniendo los servicios concesionados de mantenimiento y búsqueda de los déficits, enviamos profesionales, vinieron ingenieros y técnicos del Ibsalut junto a los técnicos del hospital». Además, el Área de Salud contrató a un arquitecto para revisar estas obras y la concesionaria ha contratado a una ingeniería especializada para hacer esta revisión. «Nuestro primer objetivo es garantizar la seguridad de los pacientes y el segundo es llegar en la medida de lo posible al fondo de la cuestión, revisar en profundidad y tratar de poner soluciones», precisó Fuster, quien negó que todo el hospital estuviera afectado por defectos estructurales, sino que lo sucedido son «puntuales».