Carlos Rodríguez trabaja como médico en la unidad básica de Santa Gertrudis aunque estuvo más de 20 años en el servicio de Urgencias del hospital Can Misses. Quizás esto último sea lo que le lleve a luchar, día tras día, por mejorar las condiciones de los profesionales sanitarios con el objetivo de que estas mejoras se reflejen en una mejor atención para los pacientes. Rodríguez es consciente de que Ibiza ha perdido su atractivo por las numerosas dificultades que presenta y pide mayores facilidades para que los médicos residentes puedan formarse en la isla y así luego opten por quedarse a trabajar aquí.
-¿Cómo está actualmente el Hospital Can Misses en cuanto a plantilla?
Desde que hicieron las transferencias en Sanidad, que las transfirieron a las autonomías, estamos infradotados. De base partimos mal, pero se aceptaron y hay que asumirlo. Aún así, el trabajo va saliendo. A pesar de que somos un hospital comarcal y tenemos uno de referencia, se asumen muchas cosas que en otras condiciones no se asumirían y se mandarían a hospitales de referencia.
-Entonces, Can Misses necesitaría más profesionales en general…
Hay muchas reducciones de jornada o bajas que en el hospital no se sustituyen a no ser que sea algo muy largo. Lo de las reducciones de jornada está más de moda que antaño y, aunque ahora la gerencia nos permite buscar a alguien, es difícil que una persona venga a la isla para cubrir un 50% de jornada.
- Concretamente, ¿cómo está Atención Primaria y el 061 en cuanto a plantilla?
Estas áreas son una parte fundamental para que el resto del hospital funcione. Atención Primaria también está infradotada. Somos una comunidad en la que tenemos un número de cartilla por médico muy elevada y superior a otras autonomías y aún así lo asumimos. El 061 más de lo mismo a pesar de que tenemos muy bien cubierta la isla con las bases de Ibiza, Sant Antoni y Santa Eulària, pero es difícil completar las plantillas. De hecho, ahora en julio hay 15 guardias todavía sin cubrir y lo tienen que hacer entre todos porque no hay sustitutos.
-¿Cuáles son las áreas que más sufren este déficit?
En Hematología, por ejemplo, les faltaría un hematólogo y lo han pedido en reiteradas ocasiones. En Pediatría están bien, pero necesitarían otro pediatra. En Urgencias necesitan a personas estables. En Cirugía Vascular solo hay un médico y llegará el momento en el que la gerencia se de cuenta de que falta otro. En Anestesia, a pesar de que faltan anestesistas, si se completa la plantilla nos quedaríamos cortos porque la isla está infradotada. En Laboratorio también se quedan cortos... Sin embargo, el problema muchas veces no es que no haya profesionales, que claro que es un problema grande, sino que no hay medios y aparataje suficiente en el hospital.
-¿A qué se refiere con eso?
En Oftalmología quieren tener, por poner un ejemplo, el quirófano cinco días y se lo dan dos. Entonces, ¿para qué quieren tener más plantilla si no tienen medios para trabajar? Los oftalmólogos llevan dos años con dos equipos y se les estropean cada dos por tres. Si les preguntan si prefieren equipos más modernos y abrir más quirófanos o más plantilla, te dicen lo primero.
-¿Esto es habitual?
El problema es que cuando se hace un hospital nuevo lo que se debería hacer es preguntar a los jefes, profesionales… y aunque aquí dicen que se hizo, no se hizo como es debido. Entonces no se saben las necesidades de cada área. Los políticos tienen el miedo de que las peticiones que hagan los profesionales encarezcan la obra y no te dejan meterte. Al final todo funciona porque arrimamos el hombro.
-¿Hasta qué punto sufren los pacientes todo esto?
La lista de espera es muy importante. Hay ciertas prisas políticas porque las listas de espera, quirúrgicas o no, disminuyan. Entonces trabajan en reducir la espera de la primera visita, te ven y te dicen que tienen que pedir pruebas y que te verán dentro de dos meses. Eso es mentira porque la lista de espera para las segundas visitas, que no constan tanto políticamente, son dentro de un año. ¿Es normal esto? Hay algo que no funciona. Es un error de concepto en el que no se tiene en cuenta cuál es la prioridad de la lista de espera. Claro que la primera visita tiene que ser rápida, pero también la segunda y la tercera. Otro problema que afecta a los pacientes es la rotación continua de los profesionales que, al no conseguir las condiciones de trabajo esperadas, cambian de departamento y, con ello, los pacientes pierden a su médico de confianza.
- ¿Cómo podría evitarse esta situación de las rotaciones?
Con oposiciones, dando mejores contratos interinos… Nosotros defendemos, incluso, que cuando alguien lleve tres o cuatro años de interino, que no salga esa plaza a oposición, que te la den directamente. Si tú has cumplido con tu trabajo y después de estudiar la carrera, el MIR y tener muchos años de experiencia creo que sería lo justo. De hecho, hay sentencias que están a favor de que un interino se quede. Aquí, en Ibiza, es un problema más que hace que falle la estabilidad en las plantillas.
- A todo esto se suma el problema del alto precio del alquiler.
Claro, por eso habría que pagar mucho más porque para cobrar lo mínimo la gente se queda en otro sitio. Oposiciones hay en todo el territorio nacional. Asumir el precio de la vivienda es un handicap tremendo.
-Hace unas semanas el Ib-Salut anunció nuevas incorporaciones de cara al verano en Urgencias. ¿Se ha conseguido, de esta manera, mejorar la situación de la cara más visible del hospital?
Hace dos años se llegaron a esperar 16 horas en Urgencias para poder ser atendido y la sensación que tenemos ahora es que esto no va a suceder. Hemos visto que la gerencia, de la que estamos muy contentos, está apoyando al 100% al servicio de Urgencias porque es la cara del hospital. Hay vía libre para contratar a médicos, pero no hay género y la gente que quiere no da el perfil adecuado para trabajar en Urgencias.
- ¿Sucede habitualmente que haya médicos que no den el perfil adecuado para el puesto?
El problema es que llegan y no conocen el servicio, no conocen los procedimientos y muchos no tienen ni la cualificación mínima. Hay tres meses de prueba y ha pasado que alguno no los ha superado. No es lo más habitual, pero a veces sucede. Lo suyo sería fidelizar a la plantilla para que esto ocurra lo menos posible porque eso mejoraría mucho el funcionamiento del hospital. Tener médicos sin esas tablas muchas veces te lleva a pedir más pruebas complementarias, a demorar más la atención al paciente… Muchas veces hay banalidades a las que se les da mucha más importancia de la que tienen.
-¿Por ejemplo?
Un compañero, del 061, ha llegado a trasladar en helicóptero de Formentera a una persona por una faringitis que se la vendían como un infarto. Llegó allí y vio que no lo era. El traslado se pacta entre un hospital y otro y se le puede echar la bronca al médico de allí, pero si se hace el traslado que sea porque merece la pena. Esto es fruto de ese círculo vicioso de la inexperiencia y de la medicina defensiva: cuanto más inseguro estás, más medicina defensiva practicas. Esto sobrecarga mucho el sistema.
- Estamos en época de que lleguen residentes al hospital, ¿hasta qué punto es importante contar con ellos?
Tenemos residentes que se forman aquí y debido a la crisis y a motivos inexplicables para nosotros han ido disminuyendo. Hubo un momento que hubo hasta 16 R1, R2, R3, R4 y un año se quedaron en dos. Si aquí no fabricamos médicos, ¿cómo queremos que venga gente de fuera? Un porcentaje altísimo de médicos residentes formados en Ibiza, después de acabar la residencia, se quedan porque ya conocen el área. El problema es que muchos son extracomunitarios y cuando acaban los años de residencia les ponen problemas para quedarse porque si no resuelven sus problemas de nacionalidad no se les puede estabilizar legalmente y solo pueden tener contratos eventuales. Por ello, pedimos a las administraciones que sean capaces de acelerar los trámites para que puedan quedarse. Este año creo que han conseguido aumentar el número de residentes de R1 y parece que vamos por buen camino, pero todo presionando mucho a Palma. El problema es que para tener médicos residentes tienes que tener a médicos que los formen y eso tampoco es fácil.
- La realidad en las islas es que necesitamos médicos porque tenemos muchos pacientes. ¿Cuál es el gasto en Sanidad por ibicenco?
En el año 2017, Baleares hizo para el Ib-Salut un presupuesto de 1.500 millones de euros. El total del presupuesto de la comunidad autónoma son 4.688.000 euros; es decir, del total se destinan 1.500 millones a Sanidad. Este año se ha incrementado en Salud un 5% y en el total un 7%. Esto significa que para Sanidad se destinan 1.550 millones este año de un total de 5.000. En Ibiza, de este dinero de 2018, nos tocan 90 millones; a Formentera 6 millones y a Menorca 64 millones. El resto va todo para Palma. Es decir, el 10% del total del dinero destinado a Salud va para Ibiza, Formentera y Menorca y el 90% restante se lo queda Palma. Gran parte, hay que decirlo, se destina a pagar la deuda que tenemos que es de unos 1.000 millones de euros. El problema en Ibiza es que en verano pasamos de 150.000 tarjetas sanitarias a días en los que tenemos 400.000 personas más y todo con los mismos servicios y algún pequeño refuerzo. Solo pedimos que no haya tanta diferencia.
- Hablando de diferencias, ¿se está estudiando igualar la indemnización por residencia con Canarias?
En las islas menores de Canarias, los médicos tienen una indemnización por residencia de 550 euros mensuales, más 30 euros por trienio de antigüedad. En Ibiza, Formentera y Menorca son 108 euros. La diferencia es notoria, lo que pasa es que no hay criterios uniformes y, por ejemplo. en Ceuta y Melilla, donde cobran 800 euros más los médicos, lo negociaron mejor. Nosotros lo que pedimos es una equiparación con las islas que son similares a las nuestras, es decir, a Canarias. Esto sería un incentivo más para que vengan profesionales a trabajar aquí. Hay que tener en cuenta que la vida aquí, en cuanto a impuestos, es más cara.
- El tema de las últimas semanas me lleva a preguntarle por los quirófanos de Can Misses, ¿quién debería asumir responsabilidades?
Por nuestra parte, tanto la gerencia como la dirección del hospital han actuado correctísimamente, pero ya se podrían depurar responsabilidades. Lo que es una pena en esto es la historia. Teníamos un hospital de 31 años en el que no había ningún defecto estructural, lo que pasa es que se quedó pequeño. La decisión, en su momento, se tomó mal. Una opción hubiera sido ampliar el viejo, pero se decidió hacer uno nuevo que se eligió hacerlo como un aeropuerto. El problema está en la decisión de algún político que será quien tenga que dimitir. Y, por otra parte, la concesionaria es muy responsable. Ellos tienen el deber de que el hospital funcione, aunque a la parte privada no le puedes pedir que dimita.
- ¿Hasta qué punto es necesaria la reforma del edificio J, antiguo hospital Can Misses, para hacer un centro sociosanitario?
Es muy importante que haya un sociosanitario y que ese edificio que está tan bien conservado se mantenga, pero debería haber prioridades. Hay problemas y hay que darles soluciones, como con los quirófanos. En Mallorca, el hospital de la Cruz Roja, lo utilizan para reducir la lista de espera y allí hay más hospitales. En Ibiza solo hay uno, el otro es privado. Por ello, tenemos que hacer un plan B y deberíamos buscar espacio para quirófanos que se podrían usar como CMA (Cirugía Mayor Ambulatoria). Con ello evitarías que mucha gente fuera al hospital nuevo y se colapsara.
- ¿Qué se necesita para mejorar la sanidad pública?
Sería muy interesante poder disponer en este hospital de Neurocirugía, Hemodinámica y Cardiología, una Unidad del Dolor y Alergología. Por ejemplo, sin Neurocirugía los pacientes críticos o van a Vilàs o los trasladamos en helicóptero a Palma. Todos los infartos de Hemodinámica se tratan en la privada y todo supone un gasto extra. Son servicios necesarios porque la población ibicenca se lo merece, pero a día de hoy no podemos casi ni cubrir los existentes.