El nuevo sistema de aparcamiento en el centro de Sant Antoni, gratuito por dos horas, lleva dos años trayendo de cabeza a muchos comerciantes de la zona. Así lo expresa el presidente de la Asociación de Empresarios de Comercio de Sant Antoni, Juan Ribas, quien ha trasladado las quejas de los asociados al consistorio en varias ocasiones y que asegura que la implantación del sistema «confunde a los usuarios por la falta de planificación, provoca el caos y no está 100% regularizado todavía», entre otras cuestiones que están afectando de forma directa a las ventas del comercio local, según indica.
Baja rotación
«Hay clientes asociados que nos comentan que al no estar regulado, hay gente que deja el coche días y días sin moverlo, impidiendo la rotación de vehículos en horario comercial. La consecuencia es que no hay espacio para aparcar y los residentes de las afueras están dejando de venir al centro a comprar. Muchos comerciantes me han traslado su enfado porque este hecho está afectando a la disminución en el nivel de ventas del comercio local», señala Ribas.
Si bien la señalización ya se ha modificado y está correctamente indicada, algo que agradece el representante de los comerciantes, asegura que «el caos continua, porque lo tendría que estar controlando la Policía Local, que es lo que se había acordado, pero en nuestra opinión se controla poco» y esto a juicio del presidente de la Asociación «provoca la baja rotabilidad de vehículos».
En este sentido, Ribas asegura haber solo un agente ocupándose de este servicio y espera que con la incorporación de los nuevos seis agentes, el pasado martes 26 de junio, el problema se solucione «y los destinen también al servicio de día». «Yo no pido que se multe, ojalá no se multase a nadie, pero sí que la gente respete y que permita que haya una rotación de vehículos efectiva», aclara Joan Ribas.
Marilina lleva tres años regentando una cafetería en la calle de San Rafel. «Sí que es verdad que las normas son exactamente las mismas que con la zona azul, a diferencia de que no se paga. Lo que pasa es que al no pagar, la gente deja más rato el coche», explica la comerciante que atribuye el descenso de clientes al nuevo sistema.
«Entre obras, calles cortadas y este sistema a mi me repercute mucho. Gente que no vive en el pueblo y antes venía a desayunar, me lo dicen: ‘me voy a bares que tengan el parking delante', es más yo haría lo mismo. Y esto porque es un bar, pero el problema es general, porque si es una tienda, la gente quiere aparcar cerca porque no quiere cargar con las bolsas con el calor. También hay mucha gente que no puede desplazarse por problemas de movilidad que no vienen ya, incluso una amiga íntima mía que me lo dijo: ‘Marilina, no voy a venir porque estuve 40 minutos dando vueltas y no encontré donde aparcar'. O sea que a nivel de ventas repercute mucho».
Usuarios confundidos
«Es un caos de gente, sobre todo de fuera que no lo sabe, que vienen a informarse. Aquí viene un chico del ayuntamiento y se lo dije: ‘ya me puedes traer una caja de bolis y libretas porque estoy harta de explicar cómo funciona y de dejar papel y bolis porque la gente no se aclara'», relata Marilina, entre risas.
El regente de un supermercado situado en la calle Bartomeu Vicent Ramón, el cual prefiere guardar su anonimato, considera que «antes estaba mejor. Ahora la gente viene a pedirme papel y boli, y quieren que les explique cómo funciona el sistema de aparcamiento».
Para Ribas, la confusión que provoca la baja planificación en la aplicación del nuevo sistema es debida a que «cuando nos ofrecieron el nuevo sistema de estacionamiento gratuito, se suponía que al día siguiente o en un tiempo se controlaría, pero no se ha aplicado, se ha ido dejando e incluso la ordenanza para poder sancionar no se ha ejecutado.Vamos, que realmente no se puede multar», asegura el representante de los comerciantes, que atribuye el retraso a que «el tema se va llevando de un pleno a otro y así van pasando los meses. Si la cosa funcionaba antes ¿por qué cambiarla?».
Falta de aparcamiento
Para algunos residentes del centro de Sant Antoni su opinión ante este mecanismo es algo diferente. Daniel sí aprecia una pequeña rotación durante el horario comercial pero «a partir de las 19.30 horas, cuando acaba el servicio. Entonces, cuesta más de media hora aparcar». Para Fernando, que muestra el reloj de cartón adquirido en el Ayuntamiento al Periódico de Ibiza y Formentera , la situación es la misma, «tengo más problemas para aparcar por la noche y lo normal es tardar en aparcar unos 30 minutos».
Para Virginia, «la situación es la misma que había antes, el problema es que hay mucho coche para tan poco aparcamiento y da igual que se pague o no se pague, es que no hay sitio para todo, e incluso hay zonas de aparcamientos donde estacionan en doble fila», explica esta encargada de un espacio para eventos, refiriéndose al aparcamiento disuasorio de calle Sant Rafel. «Hay muy poco parking disuasorio y los que hay no son suficientes. Tardo unos 20 minutos en aparcar», concluye Virginia.
Para muchos comerciantes el retraso en el cambio de regulación, «que ha tardado varios meses en hacerse efectivo», resulta un calvario y para ellos, este es un sistema que no está surtiendo el efecto esperado. «Esto es un problema porque la primera vez o segunda vendrás a comprar, pero a la tercera te vas a grandes superficies de las afueras, con aparcamientos. Hay que fomentar el comercio local, aquí puedes pasear y tomarte un café después. Es positivo para todos», aclara Ribas.