El Consell d'Eivissa presentó ayer la primera fase del Diagnóstico sobre las consecuencias del turismo náutico en la posidonia que estudia las consecuencias de los fondeos en 43 playas y calas de la costa ibicenca, en las que se producen con más frecuencia, y cómo están afectando a las praderas de posidonia. La principal conclusión del estudio, que permitirá elaborar una propuesta de ordenación del litoral al Govern balear, organismo competente, es que 19 de las 43 calas estudiadas presenta «áreas de mata muerta» de posidonia oceánica. De los 43 ámbitos de estudio recogidos en la cartografía bionómica se han reconocido 14 hábitats y los relacionados con la presencia de la fanerógama marina Posidonia oceanica representan casi el 50% del total de la superficie estudiada. La otra fanerógama detectada es Cymodocea nodosa, una hierba de hasta 60 centímetros de altura, enraizada en los fondos marinos, que está presente en casi la mitad de los ámbitos del mencionado estudio. La razón de esta degradación que sufren estas plantas, además del fondeo masificado de las embarcaciones, es la presencia de emisarios, además de otras que tienen que ver con estructuras que determinan cambios en las características fisioquímicas de la columna de agua y del fondo. Además, según explicó uno de los técnicos del Consell, se seleccionaron 43 tramos marinos siguiendo criterios de masificación de fondeos y las zonas de mayor riqueza ecológica, ya que «mapear toda la isla es económicamente muy caro, inasumible para cualquier administración».
El estudio ha sido encargado a la empresa UTE Servicios Técnicos de Infraestructuras y Medio Ambiente de Ibiza, S.L. y Tecnoambiente, S.L, por valor de 81.000 euros, como parte de una iniciativa del Consell para regular el fondeo de barcos en el litoral de la isla y que es independiente del decreto de posidonia que tiene previsto aprobar el Govern balear este mismo verano y con el mismo objetivo. «Queremos compatibilizar los usos náuticos recreativos con la protección y preservación del medio ambiente», explicó Jaume Estarellas, biólogo y técnico de Biodiversidad del Consell. Según explicaron los responsables de la empresa junto a Gonzalo Juan, conseller de Medio Ambiente y el técnico Estarellas, estas «zonas muertas» no presentan una superficie muy extensa y destaca su presencia en Talamanca, en la bahía de Portmany y en la bahía de Santa Eulària, con una superficie alrededor de un 5% sobre el total de la posidonia. «Antes de hacer el seguimiento de dónde están fondeando los barcos necesitamos conocer con precisión en qué zonas hay posidonia y cuáles son las más degradas, que son las más frecuentadas», afirmó Koldo Díez Caballero, responsable de Operaciones Marinas de la empresa adjudicataria.
Ordenar el litoral
Gonzalo Juan, conseller de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, declaró durante su intervención que la iniciativa surge de la necesidad de ordenar el litoral con el objetivo de proteger los fondos marinos de los impactos de los fondeos masificados sobre las praderas de posidonia océanica, ya que el sector náutico es «cada vez más potente» y «hay cada vez más barcos en todas las playas». «Es importante mantener este sector náutico, ello no es incompatible con la protección de nuestro mar y queremos que se produzca el menor impacto posible», aseguró Juan.
En cuanto a la parte propositiva, fase en la que se entrará después del verano, Estarellas, técnico del Consell, dejó claro que no quieren llenar todo el litoral de boyas. «No queremos privatizar el mar». Estarellas añadió que las zonas en que se pueda fondear sobre arena son una alternativa y que se detectará «porque tenemos un mapa bionómico que nos indica área de arena en una zona de frecuentación». En lugares donde no exista la alternativa de la arena, se estudiará un tipo de fondeo ecológico, sostuvieron.
Decreto posidonia
El Govern balear explicó que el decreto de posidonia entrará en funcionamiento este verano. Así lo aseguró Vicenç Vidal, conseller de Medi Ambient, Agricultura i Pesca del Govern, durante una rueda de prensa en el Ayuntamiento de Sant Josep, a mediados del mes de mayo. «El Consell Econòmic i Social de les Illes Balears hizo un conjunto de aportaciones que estamos incorporando para enviarlo al Consell Consultiu, que es el que tiene que hacer la revisión jurídica», explicó Vicenç Vidal. El conseller de Medi Ambient admitió entonces que todavía no había una fecha concreta para aprobar el decreto sobre la protección de la Posidonia oceánica en Baleares, ya que «tenemos que respetar tanto los tiempos como la independencia del Consell Consultiu». En caso de que el Consell Consultiu emita un dictamen favorable al texto deberá ser aprobado por el Govern. Baleares, que cuenta con la mayor superficie de praderas de posidonia del Estado, será la primera región en la Unión Europea (UE) que regula la protección de esta planta de gran valor ecológico, uno de los ecosistemas más importantes del mar mediterráneo. Vicenç Vidal puso en valor el trabajo de su equipo de gobierno en la conservación de la planta y afirmó que se han dado «pasos importantes». Entre ellos, un dispositivo de embarcaciones para informar y evitar el impacto ambiental que generan sobre ella; el campo de boyas que en los lugares más sensibles evita los fondeos para protegerla, así como la elaboración de una cartografía de las praderas de posidonia para mejorar la calidad de aquellas zonas donde hay falta de información.