La l parto de una perra es laborioso, pero la naturaleza es sabia y la madre sabe lo que ha de hacer. Solo hay que tener preparada una zona donde la perrita se sienta a gusto para parir, toallas limpias por si fueran necesarias y vigilar tanto que hayan salido todas las criaturas como la temperatura de la perra. Además, es conveniente tener cerca el teléfono de urgencia del veterinario, por si surgen complicaciones.
El primer paso es estar preparados, ya que a partir de la monta hay que contar entre 55 y 65 días para que se produzca el parto, aunque, por supuesto, estas fechas son aproximadas y cada gestación es diferente. Para el momento del parto, es aconsejable preparar, en un sitio retirado del trajín diario de la casa, una caja que se adecue al tamaño de la perra, y dejarle en ella periódicos viejos y limpios o unas mantas.
Acertar el día en que la perra se pondrá de parto es complicado, pero hay una serie de signos que indican que el momento está muy cerca. Puede ser que trate de aislarse o, por el contrario, buscar nuestro apoyo mucho más que nunca que su temperatura corporal descienda por debajo de los 37-37,5 grados los 2 días previos al parto; que deje de comer e incluso vomite, y que se acerque y remueva constantemente el lugar preparado.
Una vez empieza el parto, lo mejor que podemos hacer es dejar que la naturaleza actúe y que le perra expulse por sí sola los cachorros. Cuando rompe aguas es importante que el primer cachorro aparezca pronto, y una vez ha nacido, la madre corta el cordón umbilical y lo lame para que respire. El resto de la camada llegará a intervalos regulares, y para comprobar que han salido todos, debemos tocar el vientre de la perra.
Al nacer, los cachorros son sordos y ciegos, y es la madre la que los coloca para que puedan mamar de ella. Solo en caso de que alguno no se enganche lo podemos coger para ayudarlo a alcanzar la mama. Durante las primeras semanas ella se encarga de protegerlos, de procurarles calor y de estimularlos para que evacuen. Los primeros días deberíamos mantener alejados a los niños, sobretodo si son muy pequeños.
En alguna ocasión, como ocurre con grandes camadas o por enfermedad materna, algún cachorro necesita alimentarse con biberones. Es importante utilizar leche de perra artificial, que puede encontrarse en las tiendas especializadas. Durante la primera semana el cachorro necesita hasta 15 tomas diarias, y a partir de la segunda su necesidad se reduce hasta 8 tomas. Las tomas nocturnas también se irán espaciando.
Por eso, como si se tratara del nacimiento de más miembros de la familia, debemos estar preparados y conocer todos los pasos a seguir. Observar el comportamiento de nuestra perra, acondicionarle una zona de parto y dejar que su instinto maternal haga su trabajo, pero estando siempre pendientes de que todo vaya bien. A medida que vayan saliendo los cachorros, comprobamos que la madre les corte el cordón, respiren y mamen. A partir de ahí, lo mejor es dejarla tranquila para que pueda cuidar las primeras semanas de sus recién nacidos.