La lluvia y el viento intentaron ser ayer los protagonistas de la procesión del Santo Entierro, pero no lo consiguieron. A diferencia de lo que pasó en Vila, que por primera vez en la historia se tuvo que suspender la procesión por las condiciones meteorológicas, Santa Eulària pudo disfrutar del Viernes Santo, aunque con un trayecto reducido. «Nadie está preparado para que llueva y menos aquí que hay pocas lluvias al año», señaló Juanjo Noguera, secretario de la Associació Cultural Puig de Missa al tiempo que dijo que la Villa del Río solo se quedó un año sin esta procesión.
Alrededor de 300 participantes se agruparon ayer en el Puig de Missa tras casi dos años de ensayo. Como viene siendo habitual, los asistentes pudieron disfrutar de seis cofradías, la escuadra de romanos, los apóstoles, La Verónica, la Samaritana y tres bandas musicales. La agrupación de Alzira tuvo que cancelar su actuación prevista para ayer por la mañana por mal tiempo.
La marcha fue rápida por culpa de la lluvia, lo que también hizo que no fueran muchas las personas que se congregaron en el entorno del Puig de Missa.
Asimismo, ayer hubo dos novedades. Por un lado, se hizo un escudo para el Cristo de la Oración y, por otro, la Virgen de los Dolores estrenó estandarte que se bendijo el viernes de la semana pasada.
En cuanto a los participantes, según comentó Noguera, no hubo muchos cambios respecto a años anteriores. «Sí que es verdad que se está perdiendo un poco la tradición. Yo siempre digo que esto tiene dos vertientes: la religiosa y la más tradicionalista. Se palpa en el ambiente que, cada vez, hay menos jóvenes», lamentó.
Sin embargo, ayer se pudo ver a varios menores que seguían los pasos de los más mayores. También hubo quien hizo el recorrido descalzo. El motivo es religioso y está directamente ligado con las promesas. Esto significa que el penitente le pide algo a Dios y, a cambio, hace una penitencia como hacer el paso de Semana Santa descalzo.
La procesión se desarrolló con absoluta normalidad a pesar de que el tiempo quisiera hacer de las suyas, como ya pasó el año pasado cuando se tuvo que retrasar la salida casi una hora.