«Siempre pensé que el día que tuviera que dar a luz sería en el agua. Tenía claro que quería un parto en el agua», cuenta Alheli Scherer, con su bebé Uma en brazos. Su nacimiento se adelantó 11 días y vino a este mundo el 24 de febrero a las 18,30 horas dentro de la bañera de agua que hay en una de las salas de Paritorio de Can Misses. «Fue mágico. Una pasada, era como un pececillo disparado», recuerda Alheli de ese momento que vio llegar al mundo a Uma y que vivió acompañada de su pareja Miguel Ángel Costa.
«Lo más importante es que pudo estar con nosotras todo el rato, colaborando y ayudando. Para mí que estuviera el fue muy importante», subraya la emocionada madre. Relata su parto como una experiencia en un spa. «En el agua calentita, con aromaterapia, música, parece que estas en un spa, pero estas pariendo».
Alhelí volvió a Can Misses la semana pasada a Paritorio, a la Unidad de trabajo de parto y recuperación, una de las salas donde se encuentra la bañera. Allí se ha reencontrado con parte del personal que la acompañó como Rocío Delgado, la comadrona con la que hizo la preparación al parto con su pareja Miguel Ángel. Alheli esperaba también reencontrarse con la matrona que estuvo con ella durante todo el proceso, Jennifer Ejarque Alcalde, pero estaba librando.
«Libertad de movimientos»
El agua está muy presente en la vida de Alheli, una de sus hermanas, la que la acompañó a Can Misses se llama Agua y uno de sus sobrinos, Río. Agua recordaba cuando tuvo a su hijo en 2008. «Hay una diferencia muy grande respecto a entonces. No tiene nada que ver a lo que hay ahora», dice.
El parto en el agua de Alheli fue natural, más libre, donde ella misma eligió sus posturas. «En el agua tienes mucha libertad de movimiento, en la bañera puedes moverte, ponerte en cuclillas o sentarte», recuerda. Por protocolo, cada dos horas han de salir de la bañera para comprobar que vaya todo bien, para que se mueva la madre. «El agua es una barrera protectora que le protege de cualquier intervencionismo posible», apunta Juan Antonio Rosa, supervisor de Paritorio.
Durante el proceso del parto recurrió también al óxido nitroso como método de analgesia pero lo rechazó. «No me gustó nada, no me quitó el dolor», apunta.
Alheli recuerda que cuando las contracciones se hacían cada vez más intensas, el único alivio era meterse en el agua. «La bañera fue muy efectiva», dice. A las 12 de la mañana del 24 de febrero ingresó en Can Misses. Estuvo primero en planta para dilatar porque no había dilatado lo suficiente. «Me dijeron si me quería ir a casa pero tenía que irme a Sant Antoni y decidí quedarme. Las contracciones eran muy dolorosas cuando estaba en la cama.
Cuando la matrona me dijo que ya había dilatado lo suficiente, que podía bajar a Paritorio, recuerdo que sentí un alivio al meterme en la bañera. Mi pareja me echaba agua encima de la barriga y yo me quedaba dormida, me despertaba con las contracciones. Mi sensación es que dilaté bastante rápido. Entré en la bañera a las 14 horas y a las 18,30 horas había parido. Hay mucha diferencia a estar en seco y en remojo».
«Debería haber más bañeras»
Alheli ha tenido una buena recuperación después del parto. «He tenido mucha suerte porque no tuve puntos y la recuperación ha sido muy buena. He tenido un parto buenísimo, con las matronas que quería, Jenny y Rocío, estuvieron las dos. Todo un parto natural, en el agua y no he estado 24 horas de parto como estuvieron mis hermanas mayores. Creo que el agua ayudó». Alheli tiene muy claro que quiere tener más hijos y si es posible que todos puedan nacer en la bañera como lo hizo Uma, aunque eso sí cree que debería de haber más bañeras. «Can Misses debería de tener más bañeras. Las mujeres lo van a pedir.
De hecho cuando di a luz había otra mujer que pidió bañera también y no pudo porque estaba yo. Lo recomiendo totalmente».