Clara Cano no oculta su enfado y decepción al quedarse excluida de la ayuda estatal por el cheque guardería ya que su hijo Teo va a un centro no homologado por la administración educativa. «La anunciada medida a bombo y platillo del cheque guardería queda en papel mojado. He realizado los cálculos: 4.947,20 euros invertidos en todo el año 2018 de los cuales no me voy a poder deducir ni un solo céntimo en mi declaración de la renta. ¿el motivo? Mi guardería no es un centro autorizado y homologado», relata en una carta remitida a este medio donde explica su situación.
El caso de Clara no es el único sino que afecta a todas las familias que llevan a sus hijos a una guardería no homologada por la administración. «En Ibiza hay más de 4.000 niños de entre 0 y 3 años para 916 plazas públicas», explica en su carta. Clara recuerda en la misiva lo duro que fue separarse de su hijo cuando tenía cinco meses para trabajar. Visitó muchos centros y se decantó por matricularlo en un centro privado. «No había realmente mucha diferencia de precio en las mensualidades, y sin embargo, éste sí que me proporcionaba un horario mucho más extenso que compatibilizar con mi profesión. Las posibilidades igualmente de que accediera a una plaza en un centro público eran ínfimas (....) Una cosa es que yo decida por elección personal optar por un colegio privado, y otra muy diferente es que prácticamente esté obligada a ello por falta de plazas públicas. Un caso que sí sucede en la educación de 0-3 en Ibiza».
Guarderías Pimeef
Desde la Asociación de Guarderías de la Pimeef son conscientes de esta situación de discriminación fiscal que afecta a las familias de diez de los catorce centros asociados, ya que sólo cuatro están acreditados. «Es una discriminación total. No entiendo cómo unas madres se los pueden declarar y otras no. Es un derecho, si trabajas y puedes desgravártelo. Muchas madres llevan a sus hijos a centros por proximidad u otras razones», lamenta Paz Izquierdo, vicepresidenta de la Asociación de Guarderías de la Pimeef.
Varias de las guarderías de esta asociación se encuentran en proceso de homologación desde hace un año o dos, «pero lleva un tiempo». De hecho, es un proceso no exento de dificultad. «Hay que tener en cuenta que los centros no homologados no tienen ningún tipo de ayuda de la administración, para homologarse necesita cumplir unas ratios, unas exigencias que han de asumir el empresario que en el caso de las publicas las asume la administración y es normal que algunos no quieren homologarse, pero todos los centros cumplen unos requisitos», aclaró.
El anuncio del cheque guardería una deducción fiscal para madres trabajadoras aprobada por el Gobierno a mediados de diciembre, «nos pilló a todos un poco de sorpresa, al principio pensábamos que estábamos todos dentro, porque tuvimos que aportar los datos personales de las familias y nos daban de plazo hasta febrero para llevarlo a Hacienda», dice.
La asociación de guarderías se ha reunido en varias ocasiones para abordar este asunto, al principio. Recuerda que el proceso «fue un poco de caos, porque la ley no estaba muy clara , al principio se pensaba que era para todos los centros, homologados o no, y todas las guarderías empezaron a recoger datos personales de los padres y resultó que no, las familias se han enfadado bastante y es normal porque es un derecho que tienen y es justo que todos tengan este tipo de cheque».
Discriminación fiscal
Los datos recogidos en el centro de educación infantil de 0-3 años aparecen en el borrador de la declaración de las madres para su desgravación, «pero Hacienda nos dijo que no porque pedían el número de homologación, un código de centro, y los que no estaban no podían entrar».
Clara Cano ha querido dar a conocer su caso, «cansada de escuchar a la clase política hablar y frivolizar sobre los derechos de las madres, las ayudas a las familias y medidas que, en la práctica ayudan a muy pocas familias». Por esta situación, denuncia la discriminación fiscal y asegura que con esta medida la administración es responsable de haber creado «madres de primera y madres de segunda».