Hay que felicitar a todos aquellos que ayer tomaron posesión de su acta de concejal en los cinco ayuntamientos de Ibiza y en el Consell de Formentera. Cada edil, del primero al último, representa a los ciudadanos que les votaron hoy hace un mes. Se trata de algo que habitualmente resaltamos poco, pero es de gran importancia. Se deben a sus electores por encima de todo.
Es cierto que en la política local a menudo las diferencias entre unos y otros es poca, nada que no pueda solucionarse con diálogo y con cesión por todas las partes. Y si a veces hay algunos plenos calentitos se debe a que los partidos fuerzan a que se debata a nivel municipal cosas que se escapan de sus competencias. Política de baja estofa.
Presiden los ganadores. Si de algo pueden sentirse felices los ciudadanos es que los alcaldes y alcaldesas son quienes más votos obtuvieron en las urnas. Por esta vez y aunque se intentó en Sant Antoni, no se ha hecho presidente de un ayuntamiento a quien no ganó las elecciones. Y eso es de agradecer.
No pensarán los mismo desde PSOE-Reinicia, que intentaron a la desesperada que Joan Torres (PxE) acabara dándoles su crucial apoyo para que, junto a Unidas Podemos, lograran retener el poder en el municipio de Portmany.
Pero hacen mal en culpar a Torres, que no ha hecho más que lo lógico, previsible y razonable. Es muy complicado volver a confiar en quien ha demostrado con creces que lo acordado le importa poco o nada. Nadie que haya pasado por lo que PSOE-Reinicia hizo pasar a sus «compañeros del PI», volvería a tener tratos importantes con ellos. Haberlo hecho hubiese sido algo inexplicable.
Si Ribas hubiese dimitido. Imaginemos ahora que cuando Cristina Ribas decidió abandonar el PI, hubiese entregado su acta de regidora para no convertirse en tránsfuga. Es lo que pidieron los regionalistas, algo muy razonable por otra parte. Ella no quiso porque nadie del PSOE ni de Reinicia se lo pidió. Se conoce que su presencia en el equipo de gobierno era insustituible, pero nadie nos ha dicho por qué, aunque todos lo imaginamos. De haber salido del equipo de gobierno municipal y no haberse roto el pacto tripartito, hoy Simón Planells sería alcalde con el apoyo de Joan Torres, sin el menor género de duda.
La catastrófica estrategia de PSOE-Reinicia en Sant Antoni les ha llevado a la oposición. Fíjense que no digo su gestión; digo su estrategia para acabar con el PI. Hoy tienen ocho concejales, cinco de los cuales son independientes y únicamente tres son del PSOE. Se han cubierto de gloria y están de enhorabuena, porque lo sucedido es fruto de sus propios actos y de nadie más. No se pueden hacer peor las cosas y si en Sant Antoni el PSOE auténtico pintara algo, se tomaría buena nota y se corregiría el rumbo drásticamente. Pero ellos verán.