Y al final llegó el final, como cantaba Joaquín Sabina en su canción Ruido del disco Esta boca es mía. Y como todo tiene un antes y un después y el tiempo avanza inexorablemente, llegó el momento en el que UC se despidió para siempre de los escenarios con un emocionante concierto en el espacio Ses Voltes de Palma. Cerró el ciclo Cançons de la Mediterrània y lo que es más importante, cerraron casi cinco décadas de música escrita y cantada en ibicenco y de una incansable defensa de los ideales y los valores pitiusos.
Joan Marí, Murenu, y Victorí Planells, dos de sus fundadores junto a Isidor Marí, estuvieron acompañados por una colla de gent bona que se ha subido con ellos a los escenarios durante sus últimos conciertos: el bajista Joan Planells, el guitarrista Antonio Fernández, el percusionista Yaron Marko, el bajo eléctrico Guiem Planells y Toni Riera March, encargado de los instrumentos tradicionales ibicencos.
Entre todos y con la emoción a flor de piel, repasaron los temas más destacados de su historia discográfica, compuesta por ocho discos. Se escucharon por última vez canciones como Anàrem a Sant Miquel, Bona nit blanca roseta, Es pobres no podem viure, En aquesta illa tan pobra o Flors de baladre, elegida en el mes de julio del año pasado como una de las 100 mejores Cançons de la Cançó por la revista Enderrock.
Murenu aseguró que sería el final, que es el momento de dar paso a los jóvenes y seguir con sus proyectos personales, pero ojalá tengan tiempo para decir adiós en su tierra, Ibiza. Tras la publicación de la noticia en Periódico de Ibiza y Formentera las redes sociales y el portal de Internet del periódico se llenaron de peticiones pidiendo al presidente del Consell, Vicent Marí, y al alcalde de Eivissa, Rafa Ruiz, un último concierto en Ibiza. Ojalá.