Pedro Llinás se desempeña como neurocirujano en Ibiza. Trabaja en la Policlínica Nuestra Señora del Rosario, del grupo Vilás. Casualmente, recibió a través de una amiga suya la noticia de Zeinab, una niña saharahui que vive junto a su familia en un campo de refugiados en Argelia y que sufría síntomas propios de albergar un posible quiste en el cerebro. El tumor podría haber resultado mortal en caso de no haber actuado con vital rapidez y diligencia. Afortunadamente, después de un período de largos y angustiosos trámites para traer a Zeinab a Ibiza y operarla, Llinás y su equipo consiguieron extirpar el quiste sin que la niña presentara secuelas.
¿Cómo le llegó el caso?
Fue a través de una familiar que tiene una amiga íntima (María Buades) que es pediatra en Mallorca y madre adoptiva de una chica saharahui, quien en el viaje a Argelia se empezó a preocupar por su hermana porque vio que estaba dejando de ver y se estaba quedando sin movilidad en la parte derecha del cuerpo. A través de un vídeo, la pediatra hizo un diagnóstico para la presunción de un posible tumor cerebral, tras lo que se pusieron en marcha para hacerle una resonancia magnética en su país. Cuando tuvo las imágenes me las mandó a mí para que le diese mi opinión. A raíz de esto tratamos de organizar el traslado lo antes posible para poderla operar; hablé previamente con el doctor Vilás y a través de la Fundación dieron todo su apoyo para acelerar el papeleo y poder traer a Zeinab a la clínica a operarla.
¿Las condiciones del campo de refugiados en el que vivía influyeron en en la aparición del quiste?
Sí, al final se confirmó que era un quiste parasitario producido por la larva de un gusano que parasita a perros. Las malas condiciones higiénicas del campo hacen que todos estos animales estén parasitados y transmitan estas enfermedades a los humanos.
¿Era de extrema urgencia el traslado a Ibiza?
Sí, efectivamente. Tuvo suerte, podría haberse quedado con graves secuelas o, incluso, fallecer. La situación era de hipertensión intracraneal. Estos quistes van creciendo poco a poco y llega un momento en que el cerebro ya no da más de sí.
¿Cuáles fueron los trámites burocráticos para traer a Zeinab a Ibiza?
Los refugiados carecen de pasaporte y necesitan autorización por parte de las autoridades argelinas para poder salir del país con un visado y de las autoridades españolas para poderlos aceptar. No conozco los pormenores, pero era un auténtico desastre. Había abogados trabajando en el caso y todos estábamos apretando. Hice unos tres informes diferentes explicando la extrema gravedad, dando argumentos para explicar que la teníamos que operar y aún así tardaron un mes.
¿No existe ningún protocolo de urgencia?
No. Podría haber ido a un hospital de ahí y le hubieran dicho lo que buenamente hubiesen podido.
No pudo realizar el desplazamiento con los medios más adecuados...
Claro, tuvo que hacerlo por su cuenta y riesgo.
¿Cómo desarrollaron la intervención quirúrgica?
Se utilizó un sistema de endoscopia cerebral asistida por navegación. Introdujimos una cámara de alta definición en el interior del cerebro para navegar por las cavidades internas y hacer una resección del quiste, colocarle un drenaje en su interior y luego darle tratamiento antiparasitario y antiedema cerebral durante unas cuantas semanas, hasta que tuvimos constancia de que ya no había riesgo de arritmias. Posteriormente solucionamos un problema de hidrocefalia, es decir, de acumulación de líquido en el cerebro y de falta de drenaje. Lo que hicimos fue una nueva endoscopia y comunicar las cavidades internas -ventrículos- con la base del cráneo para hacer recircular el líquido cefalorraquídeo. Una alternativa era colocarle un catéter para evacuar el líquido, pero el problema es que se requieren cuidados durante el resto de su vida. En un campo de refugiados cualquier problema con una válvula equivaldría a complicaciones severas, incluso al fallecimiento por infecciones u obstrucciones sin que nadie lo diagnosticara. Era muy importante operarla sin que necesitase ninguna válvula.
¿Cómo evolucionó la niña? ¿Cómo se encuentra ahora?
Está perfecta. Tenía tres meses de visado y el último mes estuvo haciendo turismo entre Mallorca y disfrutando de las playas y de la buena comida que tenemos (ríe). No tiene problemas de visión ni ningún tipo de secuelas.
¿Qué va a ocurrir con Zeinab tras los tres meses de visado?
María Buades le ofreció la posibilidad de adoptarla, pero la niña eligió volver con sus padres y alguno de sus hermanos al campo de refugiados. Fue bastante conmovedor, se le dio la oportunidad de quedarse pero eligió volver a su vida.
¿La familia también estaba de acuerdo en darla en adopción?
Evidentemente, pero la niña eligió eso y fue su decisión.