Carlos Baute decía en declaraciones a Periódico de Ibiza y Formentera que traía un espectáculo para «bailar y olvidarse de los problemas». Desde luego, con sus ritmos no era difícil que lo consiguiera. Quedaban 15 minutos para que empezara el concierto a las 22.30 horas de ater y el parque Reina Sofía ya estaba lleno de gente. Muchos ya esperaban para verlo en la pantalla gigante instalada por el Ayuntamiento de Eivissa.
Las siluetas de cuatro bailarines aparecieron sobre el escenario, «¿Están?», preguntaba una cara gigante de Carlos Baute. Sí que estaban las decenas de personas que no quisieron perderse el ritmo de Baute.. El que no estaba era el sonido de los altavoces. La mitad de Perdimos el control se oyó como un susurro y... ¡boom! los técnicos solucionaron el problema y comenzó una noche de baile con un Carlos Baute entregado a su público más fiel.