La breve pero intensa lluvia que cayó ayer en Ibiza a primera hora de la tarde provocó que se volvieran a producir vertidos fecales en las aguas que bañan la zona portuaria de Vila.
Este acontecimiento, que se repite cada vez que se producen precipitaciones de cierto grado, se debe a la falta de separación en la red de alcantarillado de las aguas fecales y pluviales. Así, al producirse una sobrecarga del caudal generado por la lluvia, los aliviaderos que hay en el puerto vierten ambas aguas de manera conjunta.
Para solucionarlo, se decidió la construcción del tanque de tormentas, que en su proyecto inicial debía haberse puesto en marcha en 2019 y el último plazo en el que se había fijado la finalización de la obra era el mes de abril.