A pesar de que la fase 2 de desescalada permite la celebración de bodas con limitación del aforo a 50 personas en interior y hasta 100 invitados al aire libre, el primer enlace nupcial previsto en Formentera será a finales de julio por parte de una pareja de la isla, que ha preferido postergar su enlace hasta una fecha más segura.
Los profesionales que se dedican a este sector están notando un cierto movimiento, con algunas reservas de bodas que estaban previstas en Madrid y Barcelona: «Por la incertidumbre de la desescalada en estas zonas, algunas parejas se están planteando casarse en Formentera de forma más íntima, para tener un bonito recuerdo», explicó ayer José María Romero, de la empresa Go Formentera.
Otras muchas parejas han decidido «esperar a mejores tiempos», como confiesa Irene, que tenía previsto casarse con Rafa en el próximo mes de junio con casi 200 invitados llegados a la isla desde Formentera y que han dejado el evento «para el próximo año o el 2022 si hace falta. Lo primero es la seguridad y además entre los invitados hay bastantes personas mayores y no nos la queremos jugar».