Aunque aún no está aprobado por el Parlament, la intención del Govern es clara. Utilizar el dinero de la ecotasa para cubrir los gatos de la crisis del coronavirus. Así se recoge en el BOIB extraordinario de medidas urgentes publicado el 15 de mayo. El documento recoge los artículos 36 y 37 que «regulan la posibilidad de que los recursos disponibles del fondo para favorecer el turismo sostenible, correspondientes a proyectos no ejecutados en el marco de los planes anuales del turismo sostenible de los años 2016 a 2019, y también los recursos del fondo del año 2020, para el que ya no tiene que aprobarse el plan anual del turismo sostenible, se apliquen a gastos e inversiones para paliar los efectos de la crisis de la COVID-19». Unas normas que dejan de lado el objetivo finalista de esta tasa sobre el turismo sostenible.
El artículo 36 es la herramienta que presenta el Govern para poder utilizar estos fondos de la ecotasa para este fin. Dentro del mismo se puede leer que se habilita la utilización de este dinero para las «inversiones que se consideren necesarias para paliar los efectos derivados de la crisis sanitaria, social y económica provocada por la COVID-19 y potenciar la recuperación económica». La única excepción para el uso de estos fondos se encuentran en los «proyectos anuales aprobados cuya ejecución se considere estratégica o ya haya dado lugar a compromisos jurídicos o a obligaciones de pago». El resto de los proyectos quedarán paralizados para que se pueda disponer de estas cantidades para hacer frente a la crisis.
Aunque se desconoce qué cantidad hay exactamente en este fondo, sí hay constancia de los proyectos de 2016, 2017, 2018 y 2019 que aún no han comenzado sus obras (ver tabla de la página siguiente). En total, se superan los 196 millones de euros, cantidad de la que habría que descontar los que se consideren estratégicos.
Por islas, en el caso de Ibiza se contabilizan 12 proyectos que superan una inversión de 23 millones de euros, mientras que en Formentera estaban apalabrados 2,2 millones para cuatro proyectos.
Suspensión de la Comisión
En cuanto al artículo 37, el Govern establece la «suspensión para el ejercicio de 2020 del funcionamiento de la Comisión de Impulso del Turismo Sostenible y la aprobación del plan anual del turismo sostenible». Esto se traduce en que aunque se siga cobrando la tasa de turismo sostenible, a final de temporada no habrá reunión de la Comisión para planificar posibles actuaciones con las cantidades recaudadas.
De este modo, la totalidad de los ingresos del ejercicio de 2020 por la ecotasa se destinará exclusivamente los gatos e inversiones que se «consideren necesarias» para paliar los efectos de la crisis provocada por la pandemia de la COVID-19.
Desacuerdo del Consell
En la entrevista publicada ayer por Periódico de Ibiza y Formentera, el presidente del Consell d'Eivissa Vicent Marí mostró su postura en lo relativo a la ecotasa y a la negativa del ejecutivo balear a plantearse la suspensión del impuesto para este verano. Aseguró que le habían pedido al Govern que este año no se cobrase para incentivar el turismo. No solo eso sino que también los animó a no hacerlo: «Sería un gran gesto del Govern eliminar la ecotasa este año porque hay que dar facilidades».
Además, argumentó esto recordando que «hay gobiernos que subvencionan líneas aéreas y las vacaciones, y en Baleares no hemos de penalizar a los turistas que consigamos que vengan». «Este año no es un año para recaudar, es para recuperar y fidelizar a los que vengan. El Govern se lo debería replantear», añadió.
En clave ibicenca y en relación a las inversiones pendientes, Marí solicitó que se «cuente con con las administraciones que han sido beneficiarias de estos proyectos que aún no han sido ejecutados». «Pido diálogo al Govern. Ibiza no ha sido muy beneficiada, ha recaudado mucho más de lo que ha recibido y si encima nos quitan lo que teníamos adjudicado, sería un maltrato», defendió.
Entre los proyectos adjudicados destaca el de la Ordenación de la costa de la bahía de Portmany por un valor superior a los 10 millones de euros, la ampliación del IES Isidor Macabich o la promoción de 24 viviendas en Ibiza. En el caso del primero, el Ayuntamiento de Sant Josep tenía en marcha la licitación de la redacccion del proyecto antes de que llegara esta crisis. Ahora, tocará esperar para ver si sigue adelante.
Descontento hotelero
Tampoco están nada contentos los hoteleros con todo lo relacionado con este impuesto del turismo. Desde la Fehif, su presidenta Ana Gordillo criticó ayer que el Govern no se plantee suprimir esta tasa. «Hay que recuperar el turismo. Necesitamos medidas excepcionales para una situación excepcional como esta. Si no lo quieren quitar de manera permanente, al menos sería necesaria una moratoria de dos años hasta recuperar la normalidad».
Gordillo se mostró muy crítica ya que piensa que la ecotasa en las actuales circunstancias es poner una traba al turismo: «No sabemos cuánta gente vendrá a la isla, ni en qué condiciones. Puede que lo tengamos que acabar pagando los hoteleros. Teniendo en cuenta la situación, esto es una carrera de fondo entre los diferentes países por llevarse la mayor parte posible del pastel turístico. Tenemos que ser atractivos y poner facilidades». «Es contraproducente que los turoperadores tengan que negociar con impuestos. Creo que decir que lo usarán para paliar la crisis es simplemente un excusa para poder seguir cobrándolo», concluyó.