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El día a día en el trabajo de Alejandro Macías

Alejandro Macías posa con una serpiente capturada. | Daniel Espinosa

| Ibiza |

Comprobación de cada una de las trampas colocadas

Lo primero que hace Alejandro Macías es comprobar cada una de las trampas que ha ido colocando durante estos días. Primero abre la zona donde esta el ratoncillo para ver que se encuentra en perfecto estado y después la parte de la izquierda donde puede que haya quedado atrapada alguna serpiente. En caso positivo procede a su captura.

Foto: Daniel Espinosa.

Capturar las serpientes que han quedado atrapadas

Alejandro captura los ejemplares que han quedado atrapados dentro de la trampa especial con la mano pero utilizando en todo momento un guante especial para evitar sus mordeduras. Eso sí, asegura constantemente, que las serpientes de Ibiza no son venenosas. Tras aturdirlas un poco no tiene más remedio que acabar con ellas.

Foto: Daniel Espinosa.

Se guardan los ejemplares para poder ser clasificados

Una vez que la serpiente está muerta, Alejandro guarda cada ejemplar que se ha encontrado en la trampa de forma meticulosa en bolsas estancas de plástico. En ellas escribe con rotulador el número de referencia de la trampa donde ha sido hallada la serpiente y lo guarda en su coche con mucho cuidado para su posterior clasificación.

Foto: Daniel Espinosa.

Alimentar y cambiar el agua a los ratoncitos de las trampas

Una vez que termina su trabajo, capturando las serpientes de las respectivas trampas diseminadas por la parte norte y este de la isla, Alejandro Macías añade alimento y cambia el agua a los ratoncitos. En ningún momento estos animales corren peligro y según explicó ayer el experto del Consell y la Federación balear de caza, pueden vivir durante todo el verano si se las alimenta bien.

Foto: Daniel Espinosa.
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