Este martes el conseller d'Educació del Govern balear, Martí March, presentó un borrador de medidas de instrucciones para evitar la propagación del coronavirus en el curso 2020-2021.
Entre ellas está la obligatoriedad para los alumnos de tomarse la temperatura antes de ir al colegio, el uso de mascarillas a partir de 4º de Primaria o la limitación de la movilidad en salidas, entradas y salidas al patio. March también habló de grupos burbuja para intentar el menor contacto posible entre grupos, reducir la ratio de alumnos por aula – aunque sin concretar cuanto – y la posibilidad de crear aulas prefabricadas.
Unas medidas recibidas con «incertidumbre» y «escepticismo» entre el sector educativo de Ibiza.
Associació de Docents
Por ejemplo, Joan Amorós, director del CEIP Can Misses de la ciudad de Vila y presidente de l'Associació Professional de Docents d´Ibiza aseguró ayer a Periódico de Ibiza y Formentera «que es difícil preparar un curso y planificar distintos escenarios cuando al final todo depende de la evolución de algo tan grave como es el coronavirus».
Además, Joan Amorós lamentó que todas las indicaciones que presentó la consellería de Educació del Govern balear «únicamente tienen en cuenta recomendaciones sanitarias dejando en un segundo plano el aspecto pedagógico cuando también es muy importante».
En este sentido, una de sus preocupaciones tiene que ver con lo que se ha dado por llamar «aulas burbujas». «Esta nueva idea que se ha lanzado dificulta enormemente la organización del programa educativo de cada centro y supone un retraso en avances muy importantes que se habían conseguido, como los espacios de aprendizaje, el aprendizaje cooperativo, los desdobles para bajar la ratio en las aulas o el trabajo con edades que está demostrado que ayuda mucho», explicó a este periódico.
También, según el presidente de los docentes «no tiene mucho sentido aislar a los niños en el colegio cuando después, cuando salgan, y tal y como confirmó un estudio publicado hace unos días por la Universidad de Granada, una clase de Infantil de 20 niños tendrá contacto con más de 800 personas después de sólo dos días».
Así mismo, Amorós se mostró preocupado con un posible recorte en el número de profesores para el curso que viene. «El miércoles l'Associació Professional de Docents d´Ibiza tuvimos una reunión con la consellería y los directores generales y en ella nos aseguraron que las cuotas de profesores siguen igual a la del año pasado cuando esto es completamente falso porque tenemos constancia de que se han reducido, y ahora los que nos preocupa seriamente es que esto pueda ir a más con el problema añadido de todas las medidas que tenemos que tomar en los centros educativos para evitar el coronavirus».
Incluso, el presidente de los docentes de Ibiza criticó duramente que se tengan que preparar «planes de contingencia desde los centros educativos para que luego, con el dinero que llegue desde Madrid, saber cuantos profesores se pueden asignar a cada colegio o instituto». Algo que, según sus palabras, es completamente inconcebible «puesto que tendría que ser al revés porque los planes se tendrían que hacer pensando en el equipo con el que se cuenta para cada curso escolar».
Sindicato STEI
También son muy críticos con las medidas anunciadas por Marti March desde el sindicato STEI en las Pitiusas.
Su portavoz, Pere Lomas, aseguró ayer a Periódico de Ibiza y Formentera que «echa en falta que la consellería d'Educació del Govern balear de más pasos decididos hacia delante para tratar temas tan importantes como la reducción de los ratios de alumnos por clase, la habilitación de espacios en los centros educativos o en soluciones para poder mantener la distancia de seguridad entre alumnos y profesores en el día a día».
Según Lomas, las medidas presentadas por el conseller balear de Educación son «muy triviales» y aseguró que «detrás de todo este lío y confusión hay un grave problema económico por falta de inversiones por parte del Govern ya que a día de hoy aún se desconoce la partida presupuestaria que se destinará al próximo curso escolar».
Un presupuesto que según el portavoz del STEI puede afectar directamente a la contratación de profesorado. «Hasta el momento no ha habido ningún tipo de negociación para saber cómo se tiene que organizar cada centro para hacer desdoblamientos, cumplir exigencias sanitarias y cubrir los previsibles aumentos de alumnos que pueden producirse en Bachillerato y cómo se hará para habilitar y contratar a los cerca de 600 profesores que estimamos que harán falta».
Sin embargo, Pere Lomas no es nada optimista al respecto. «Si llegamos a 400 sería todo un éxito pero acabará saliendo perjudicada la calidad educativa de Ibiza».