El tiempo en Ibiza durante el mes de junio ha sido muy «estable» , según los datos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), que apuntó que la temperatura media fue de 23 grados durante el pasado mes.
Para esta semana, se espera la llegada a España de la primera ola de calor del verano, con temperaturas que superarán los 30 grados el fin de semana en las Baleares. Ibiza entra en un episodio de altas temperaturas que durará hasta el próximo lunes y cuyo momento más fuerte tendrá lugar el sábado, con temperaturas que podrían alcanzar los 35 grados.
Esta primera ola de calor está causada por la llegada de una masa de aire procedente del continente africano extremadamente seca que está avanzando en el Mediterráneo y que llegará próximamente a Baleares. Por tanto, todo apunta a que las playas y las piscinas este fin de semana serán un hervidero por partida doble.
En la mayor de las Pitiusas, los trabajadores que están a pie de calle son los que más van a sufrir esta subida de las temperaturas. En las oficinas funciona el aire acondicionado a todo tren y los ibicencos, aunque sobre todo los turistas, se refugian en establecimientos climatizados donde toman algún refresco bien frío o buscan desesperadamente las sombras mientras pasean por el centro. El uso obligatorio de mascarillas tampoco mejora la situación, y es que el calor en la calle ya resulta insoportable.
Las personas mayores son, junto con los más pequeños, el colectivo más vulnerable al calor, que puede causar mareos, fatiga o incluso desmayos por deshidratación. Por eso, la Consejería de Sanidad recomienda una serie de medidas para prevenir los efectos del calor: beber más agua, principalmente, y no esperar a tener sed. También desaconsejan salir en las horas de máximo calor (de 12 a 16) y recomiendan no salir de casa en la medida de lo posible, aprovechando las primeras horas del día para hacerlo si fuera necesario.
Respecto a las visitas a playas o las piscinas, han de hacerse con mucha precaución, sobre todo el fin de semana: el contacto con el agua debe de ser muy frecuente. Las sombrillas deben de convertirse en nuestro complemento indispensable, sin dejar de lado la protección solar con un factor de protección mínimo de 20 e intentar evitar, en la medida de lo posible, la exposición directa al sol, mediante sombreros o gafas.