Los autores del Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS) de Vila proponen que el Consistorio establezca una «zona de estacionamiento regulado integral».
Es decir, que toda la ciudad cuente con aparcamiento de pago o de uso por tiempo limitado. Una medida que buscaría incrementar el uso de los aparcamientos disuasorios (gratuitos) y evitar la falta de rotación en los límites exteriores de la zona azul, el «efecto escoba».
El documento del plan, que se encuentra actualmente en exposición pública en su versión inicial, establece que la existencia de zonas de aparcamiento libre y zona azul dentro de la ciudad «no proporciona una buena respuesta» a la necesidad de rotación.
El estacionamiento libre «concentra una gran demanda con el consiguiente caos en la zona, creando así áreas con elevada demanda de estacionamiento y otras menos lo que produce un continuo movimiento de coches, sin además surtir los efectos deseados sobre los viajes por motivo trabajo o estudio».
El plan no obvia que esta modificación generaría unos ingresos importantes para el municipio, que «pueden servir para financiar otro tipo de acciones como el transporte público o la bicicleta pública».
Cuatro tipos de zonas
La creación de estas nuevas zonas de estacionamiento regulado implicaría la creación de distintas zonas para amoldar el sistema a las particularidades de algunos sectores. En concreto la propuesta establece cuatro tipologías de estacionamiento: zona azul, zona verde, zona amarilla y zona naranja.
En la zona azul se pagaría por estacionar por un tiempo máximo de 120 minutos y se establecerían planes de pago reducido o la eliminación del pago para los residentes.
La zona verde estaría reservada sólo para residentes del barrio. Este tipo de estacionamientos se aplica solo a la zona de Es Pratet.
La zona naranja es de señalización variable, durante un horario y días determinados permite la carga y descarga y en otros momentos pasa a ser una plaza de pago y tiempo del mismo tipo que la zona azul.
De esta clase sería la zona al norte de la avenida Isidor Macabich hasta la E-10, la zona de Puig d'es Molins (durante el tiempo que no fuera zona Acire) y la zona de Platja d'en Bossa perteneciente a Vila.
Finalmente la zona amarilla estaría reservada para vehículos oficiales o bien para carga y descarga.
Respecto a los vehículos eléctricos, se propone que paguen un tiquet a coste cero pero con limitación horaria, de forma que se mantenga la rotación de plazas. Además propone incluir nuevos puntos de recarga.
Todo este sistema implicará una nueva concesión, por lo que se recomienda esperar a que concluya el actual contrato de servicio de la zona azul. La concesión actual está prevista hasta el 1 de marzo de 2021, aunque es posible que se prorrogue por la suspensión del servicio durante el estado de alarma.
Aparcamientos de motos
En 2025 el estudio de movilidad hecho para el PMUS indica que habrá 20.000 viajes al día en moto.
Teniendo en cuenta este dato, y que el crecimiento del número de motos provocará una disminución del número de automóviles, proponen la creación de al menos 6.500 plazas de motos en el centro ciudad, un proyecto que ya ha iniciado el Consistorio.
Ese incremento de plazas debería ir acompañado, indica el PMUS, de la modificación de la ordenanza de circulación que obligue a las motos a estacionar en los espacios reservados para ellas y sancionar su estacionamiento en el resto de aparcamientos.
La propuesta de incremento de plazas para motos establece que deberían crearse: 500 plazas en la Marina y Dalt Vila, 3.500 plazas en la zona centro y otras 1.600 plazas en ses Figueretes y Platja d'en Bossa.